BELGRADO.- Guerrilleros albaneses atacaron anoche con fuego de mortero posiciones de las fuerzas de seguridad serbias cerca de la ciudad meridional de Bujanovac sin causar heridos, confirman hoy lunes medios policiales serbios.
La central eléctrica local fue alcanzada por una de las granadas, lo que causó un corte de la corriente en siete aldeas de los municipios de Bujanovac y Presevo, donde actúan partidas albano-kosovares apoyadas por la población albanesa de la Serbia central.
Las fuerzas yugoslavas de seguridad respondieron al fuego pero no penetraron en la franja de cinco kilómetros establecida en torno a Kosovo por la OTAN tras los bombardeos de 1999, en la que tienen prohibida la entrada los comandos antiterroristas serbios y el ejército federal.
El vicepresidente del gobierno serbio, Nebojsa Covic, encargado de la crisis del sur de Serbia, declaró que ese ataque demuestra que a algunos de los líderes "extremistas" albaneses no les conviene una solución pacífica de la crisis.
La crisis de la Serbia central surgió el pasado noviembre después de que partidas de albaneses armados se infiltraran en la referida zona de seguridad de cinco kilómetros, defendida únicamente por policías serbios dotados de pistolas.
Cuatro policías serbios murieron en aquel ataque y el resto abandonó varias cotas, sin que los serbios hayan logrado todavía autorización de la OTAN para enviar a sus comandos. "Creo que los líderes de los extremistas albaneses empiezan a tener claro que las cosas están cambiando para ellos y se están poniendo nerviosos", dijo Covic.
El vicepresidente del Gobierno aconsejó a los separatistas "que tengan cuidado y no provoquen al ejército y la policía, equipados para asegurar la paz a todos los ciudadanos de esa región" y que se acojan a la actual disposición serbia a negociar todos los problemas.
Asimismo, expresó su esperanza de que comprendan que hay que encontrar una solución definitiva al problema del sudeste de la Serbia central fronteriza con Kosovo. El ministro yugoslavo para las Minorías, el musulmán Rasim Ljajic, condenó hoy ese ataque, que calificó de "un intento más de los extremistas de minimizar los esfuerzos de las autoridades de Belgrado para solucionar el problema".
En una rueda de prensa en Bujanovac, Ljajic dijo que ya ha informado de ese ataque a los representantes de la Fuerza Multinacional para Kosovo (KFOR), de la misión de la ONU (UNMIK) y de la Unión Europea. "Esos incidentes indican que los extremistas albaneses no quieren aceptar el concepto de solución pacífica de la crisis del sur de Serbia", señaló Ljajic, miembro del órgano coordinador para la solución de la crisis.
Ljajic anunció que el Estado seguirá intentando poner en práctica el proyecto de solución a la crisis que presentaron Covic y el primer ministro serbio, Zoran Djindjic, que prevé la reinserción de albaneses en la policía serbia y otras medidas para aumentar la confianza.