JERUSALEN.- Un día antes de las elecciones para Primer Ministro en Israel, los dos candidatos viveron este lunes la jornada de reflexión que marca la ley. Sin embargo, en las calles del país miles de jóvenes activistas siguen luchando sin tregua por Ehud Barak o Ariel Sharon para conseguir que en el último minuto los electores indecisos elijan a su candidato.
Numerosos banderines blanquiazules ondean en cruces concurridos, mientras gigantescas pancartas tratan de convencer a los conductores que están en el atasco de que "sólo Barak puede traer la paz". Los activistas del derechista Likud tranquilizan a los votantes con el lema: "Ahora tengo seguridad con la paz de Sharon".
Pocas horas antes de la jornada electoral, las encuestas lo confirmaron nuevamente: cuando mañana por la tarde (20.00 GMT) cierren los locales de voto, el nuevo Primer Ministro se podría llamar Ariel Sharon. Sólo un milagro político o el completo error de todos los institutos de análisis de opinión pública podrían asegurar la supervivencia política de Barak.
Según las encuestas de este lunes, Barak, de 58 años, ha remontado un poco en expectativa de voto, pero incluso los más fieles aliados, como el ministro de Comunicación Benjamin Ben-Elieser, aceptaron que la situación del jefe de gobierno es "dudosa". Y eso que, al menos sobre el papel, Barak, que tomó posesión del cargo en mayo de 1999, lo tuvo más fácil que sus antecesores para ser en el primer ministro de "todos" los israelíes.
Además, en la historia de Israel jamás un candidato tuvo tanta mala prensa durante la campaña electoral como Sharon, que está a punto de cumplir 73 años.
Todos los comentaristas pintaron de negro el futuro del proceso de paz en Cercano Oriente en el caso de que gane el controvertido ex general. Nadie da al político radical, que llevó a cabo la guerra de Líbano y que debió asumir la responsabilidad por las masacres de Sabra y Shatilla, una posibilidad de sobrevivir políticamente.
Sharon, que sabía que tenía a toda la prensa en su contra, rechazó todo tipo de entrevistas y apariciones en televisión, pero sobre todo un debate con Barak. Evitó declaraciones políticas públicas con las que sólo podía enfadar a futuros compañeros de coalición de ultraderecha o ultraortodoxos.
Y, sin embargo, en la corta campaña electoral, Barak apenas pudo ganar algo de terreno. "Estos son al mismo tiempo unos comicios de protesta y de miedo", opina Alice Schwarz-Gardos, redactora jefa del periódico Israel Nachrichten, de lengua alemana.
"Ehud Barak fracasó. Quería traernos la paz y, ¿qué tenemos ahora? La Intifada de Arafat. Las cosas no pueden ir peor", consideró. Schwarz-Gardos, de más de 80 años, confirmó lo que los expertos en demoscopia vinieron señalando en las últimas semanas: sobre todo la vieja generación, la de los israelíes ancianos, quiere votar a Sharon. "No olvide usted que Sharon salvó a Israel en la guerra de Yom Kippur en 1973", explica la periodista.
Debido al miedo y la inseguridad, muchos israelíes votarán mañana a la derecha. "El 6 de febrero, estos israelíes no votarán por Sharon, ni siquiera contra Barak, sino contra Arafat", afirmó David Horowiz, el redactor de la revista Jerusalem Report, próxima a la izquierda. "A ustedes les hemos ofrecido todo los que podíamos dar, asegurarán los palestinos. Nos han dado la espalda y nos han condenado al conflicto", considera Horowiz en su última edición.
El ambiente de duda entre los electores israelíes se reflejaba hoy también entre los palestinos. "¿Por qué tendríamos que apoyar a Barak?", opinó el mufti de Jerusalén, la mayor autoridad islámica de la ciudad. "Nada me agradaría más que una victoria de Sharon. Esta probaría una vez más lo que supone el sionismo".