HONG KONG.- China dijo este lunes que rechaza cualquier interferencia de gobiernos extranjeros en el delicado caso del proscrito movimiento espiritual Falun Gong, en una advertencia formulada días antes de que un ministro de Holanda se reúna con simpatizantes del grupo en Hong Kong.
"Nos oponemos firmemente a la interferencia de cualquier gobierno extranjero y sus funcionarios en los asuntos internos de China, haciendo un tópico de disputa al Falun Gong", dijo un comunicado de la cancillería china divulgado en Hong Kong.
Miembros de Falun Gong en Hong Kong dijeron a Reuters que se reunirán con el ministro holandés de Relaciones Exteriores, Jozias van Aartsen, y con su embajador para Asuntos de Derechos Humanos, Rene Jones-Bos, el lunes 12, para darles a conocer sus quejas por la represión de China contra el movimiento.
Falun Gong, proscrito en China en julio de 1999, sigue siendo legal en la Región Administrativa Especial de Hong Kong. El grupo promueve una mezcla de prácticas budistas, taoístas, de meditación y de ejercicios tradicionales chinos de respiración.
El movimiento tiene millones de seguidores en China. Simpatizantes dicen que hasta 50.000 de sus seguidores han sido detenidos en China y que muchos han sido enviados a campos de trabajos forzados, sin que mediara juicio, mientras que unos 100 de sus adherentes han fallecido mientras estaban detenidos.
El comunicado emitido este lunes por Beijing mantuvo su vilipendio de Falun Gong y reiteró que los líderes chinos no permitirán que Hong Kong sea convertido en una base antichina o centro de las actividades de la secta.
El tópico de Falun Gong se ha constituido en uno de los desafíos más severos para el líder de Hong Kong, Tung Chee-hwa, desde que Gran Bretaña devolvió a China la soberanía sobre el territorio, en 1997. Una portavoz de la secta dijo que la reunión con Van Aartsen era considerada como una oportunidad para manifestar las quejas sobre la represión del movimiento por China.
"Nada hay de político en ello", dijo la portavoz, Hui Yee-han. "Simplemente queremos apelar a ellos y confiamos en que podrán ayudar con la situación en China continental". Pero la cancillería china dijo que el movimiento es una "secta perversa antihumana, antisociedad y anticiencia, con fines políticos", que atropella los derechos humanos y busca hacer del gobierno chino un blanco.