JERUSALEN.- Un día después de su aplastante victoria electoral, el Primer Ministro electo, Ariel Sharon, se paró ante las grandes piedras pardas del Muro de los Lamentos y proclamó a Jerusalén "la capital eterna e indivisible de Israel".
Sharon hizo sus comentarios, contrarios al reclamo palestino sobre la ciudad, a pocos pasos del disputado santuario que visitó en setiembre. Su visita de entonces al Monte del Templo provocó la furia de los palestinos, que llaman al lugar el Santuario Noble. Entonces comenzó una violenta insurrección, que provocó la caída del Primer Ministro saliente Ehud Barak y que aún continúa.
La aparición de Sharon en el Muro, que conforma una pared exterior del Monte del Templo y es controlado por Israel, no fue tan provocadora como su visita anterior. Pero sus declaraciones estuvieron recargadas de simbolismo político.
"Visito Jerusalén, capital del pueblo judío durante 3.000 años, capital eterna e indivisible de Israel, con el Monte del Templo en su centro para toda la eternidad", dijo Sharon. La visita al Muro, el lugar de oración más santo del judaísmo, es una costumbre de los primeros ministros israelíes al ser elegidos.
Sharon derrotó ayer a Barak en una de las victorias más aplastantes en la historia de Israel, el 62,5% frente al 37,4%. Los líderes palestinos indicaron este miércoles que están dispuestos a trabajar con Sharon, "siempre y cuando el nuevo gobierno israelí se comprometa a seguir con el proceso de paz", dijo Nabil Aburdeneh, ayudante del líder palestino Yasser Arafat.
El triunfo electoral coronó una inesperada rehabilitación de Sharon, que hasta hace poco y a sus 72 años de edad había sido considerado demasiado viejo y demasiado polémico para encabezar un gobierno israelí.
Sin embargo, la prensa conjeturó esta mañana sobre si el ex general podrá formar un gobierno de coalición estable y sobre la respuesta que recibirá de los palestinos, que lo consideran su enemigo. Durante la campaña electoral, Sharon se opuso a las generosas concesiones ofrecidas por su oponente a los palestinos a cambio de un tratado de paz.
El ex general prometió que no cederá más territorios que los que tienen ahora los palestinos, dos tercios de la Franja de Gaza y el 42% de Cisjordania. Pero un dirigente del Partido Likud que encabeza Sharon, reconoció que no será posible un acuerdo de paz a no ser que los israelíes ofrezcan más concesiones a los palestinos.
"Todo el mundo sabe que tendremos que hacer concesiones", dijo el parlamentario del Likud Meir Shetreet. "Nadie pensó que podría lograr una paz amplia con los palestinos con el mismo territorio que tienen hoy. Por supuesto que no".