QUITO.- El gobierno y el movimiento indígena de Ecuador suscribieron este miércoles, hacia las 14.00 locales (19.00 GMT), un acuerdo en el Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo en Quito, que pone fin a un levantamiento aborigen que ha mantenido al país en estado de emergencia nacional.
Entre los primeros puntos revelados, las partes acordaron que el precio del tanque de 15 kg de gas de uso doméstico disminuya en 20%, de dos a 1,60 dólares, y que las cotizaciones de los otros combustibles queden congeladas durante un año, a excepción de la gasolina denominada super (alto octanaje para vehículos) que podrá ser reajustado.
El precio del gas de 1,60 dólares se mantendrá para las comunidades indígenas y los sectores más pobres hasta que el Ejecutivo establezca una red de distribución popular, sugerida por los nativos. Los aborígenes demandaban que el valor del gas sea de 1,50 dólares y que el congelamiento de los precios de los combustibles sea por dos años, cediendo posiciones y aceptando la posición gubernamental al respecto.
Sobre el tema del transporte, no había trascendido aún cuál fue el acuerdo alcanzado. Con el pacto, los indígenas decidieron suspender el levantamiento que iniciaron hace diez días para protestar contra la política económica gubernamental.
En ese marco, unos 5.000 nativos estaban concentrados en la Universidad Politécnica Salesiana, en el norte de Quito, mientras el Ejecutivo había implantado un estado de emergencia para mantener el orden tras violentas jornadas de protestas, que dejaron tres muertos y 59 heridos.
El acuerdo fue suscrito por el Presidente de la República, Gustavo Noboa, otros funcionarios gubernamentales y dirigentes de los aborígenes, entre ellos el presidente de la Confederación de Nacionaliades Indígenas de Ecuador (CONAIE), Antonio Vargas.
Noboa y una comisión de 80 líderes indígenas se reunieron frente a frente y en privado desde el mediodía en Carondelet. El Mandatario acudió a la cita hacia las 12.35 locales (17.35 GMT) del miércoles, con dos horas de retraso, en el Salón de Banquetes de la casa presidencial para suscribir el acuerdo previamente negociado por comisiones del gobierno y los nativos, con la ayuda de mediadores.
Los 80 indígenas, que representan a todas las comunidades del país, se sentaron a la derecha del Presidente, mientras que a la izquierda estaban los miembros de la comisión que negoció por el gobierno, encabezada por el vicepresidente de la República, Pedro Pinto.
Carondelet, ubicado en la centro histórico de Quito, se encontraba fuertemente custodiado por policías y militares.