BRUSELAS.- La Comisión Europea estima que los Estados miembros incinerarán 2,4 millones de bovinos (800.000 toneladas) en el 2001, dentro del programa de compra para destrucción de estos animales para reducir los excedentes que se acumulan en el mercado.
Bruselas propuso ayer, martes, ampliar al segundo semestre del 2001 ese programa, cofinanciado con fondos nacionales y comunitarios, lo que implicaría, según expertos de la Dirección General de Agricultura de la Comisión, un aumento en 300.000 toneladas de las estimaciones realizadas hasta ahora. Los países miembros ya se han comprometido a incinerar hasta julio del 2001 unas 500.000 toneladas de bovinos, cantidad que será incrementada si los Quince dan su visto bueno al proyecto presentado ayer por el Ejecutivo comunitario.
Bruselas presentó un plan de choque para hacer frente al derrumbe del mercado del vacuno en el que propone que los Estados miembros puedan elegir entre ese programa de destrucción y el almacenamiento de la carne de vacuno, una vez que sean capaces de introducir test sistemáticos de detección de la enfermedad.
En principio, los test no serán obligatorios hasta el primero de julio, aunque el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, cree que se podría adelantar esa fecha al primero de abril. Los Estados miembros que opten a partir de ese momento por el almacenamiento de la carne en lugar de la destrucción tendrían que correr totalmente a cargo de los costes y no podrían proceder a su reventa en el mercado comunitario hasta que la situación volviera a sus cauces, lo que podría tardar años, durante los cuales el producto iría perdiendo calidad y precio.
En el pasado la UE compró a través de la intervención comunitaria grandes cantidades de carne a los ganaderos, que permanecieron almacenadas hasta un máximo de cinco años, recordaron las mismas fuentes. La propuesta de la Comisión, que será debatida por los ministros de Agricultura de la UE el próximo 26 de febrero prevé, sin embargo, la posibilidad de que las administraciones nacionales destinen esa carne a fines no comerciales (como ayudas alimentarias) o a la exportación.
De forma paralela a ese almacenamiento a cargo de los presupuestos nacionales, seguirá funcionando, según el proyecto del Ejecutivo comunitario, la intervención subvencionada por la UE, para la que se eliminaría durante dos años el límite de 350.000 toneladas anuales fijado en la normativa actual. Con la intervención comunitaria, que se realiza mediante un sistema de licitaciones y a través de la cual ya han sido compradas 23.000 toneladas de carne, la Comisión Europea pretende influir al alza sobre los precios del mercado y evitar así el recurso a la denominada ''red de seguridad''.
Dicha red obliga a la UE a comprar toda la carne excedentaria cuando los precios en los mercados nacionales caen por debajo de un 60 por ciento del precio de intervención durante al menos dos semanas consecutivas. El recurso masivo a ese instrumento, que ya ha sido puesto en marcha en Alemania y Holanda, implicaría fuertes costes para las arcas comunitarias, según la mismas fuentes.
La Comisión también propuso ayer una serie medidas destinadas a disminuir la oferta de vacuno en los próximos años a través, principalmente, de un recorte de los derechos de primas a la producción de bovinos de que disponen actualmente los ganaderos. Bruselas quiere fijar en las primas a los bovinos machos un tope máximo de 90 cabezas por explotación y transformar los cupos de ayudas regionales en cupos individuales.
La Comisión estima que esa iniciativa supondrá un recorte en 800.000 cabezas de los derechos asignados a los Estados miembros, aunque en la práctica, según las mismas fuentes, esa disminución no tendrá un efecto real sobre la renta de los ganaderos ya que las cuotas asignadas ahora superan en esa misma cantidad las ayudas reales solicitadas. También propuso aumentar el volumen de ayudas a la producción de novillas y reducir el de vacas nodrizas, ya que de éstas depende el futuro de la producción comunitaria de vacuno. Las fuentes reconocieron, no obstante, la imposibilidad de estimar por el momento el impacto que tendría esa medida en la producción de la UE, ya que se desconoce de antemano el número de vacas nodrizas que será reemplazado por novillas.
Bruselas tampoco ha podido hacer un cálculo de las repercusiones que tendrá sobre la producción la disminución de la densidad máxima en las explotaciones intensivas de bovinos machos, densidad que la Comisión propone disminuir de 2 a 1,8 unidades de ganado mayor por hectárea para poder tener acceso a las ayudas comunitarias.