SAN CRISTOBAL.- Los presidentes de Estados Unidos, George Bush, y México, Vicente Fox, finalizaron este viernes su cumbre con un pleno acuerdo en temas de integración, migraciones y lucha contra el narcotráfico, según un comunicado conjunto.
El comunicado señala la disposición de iniciar "a la brevedad negociaciones formales al más alto nivel" para atender los problemas relacionados con la migración y sus aspectos laborales.
El documento fue difundido luego de tres horas de reuniones privadas entre Bush, quien cumplió hoy su primer viaje al extranjero desde que asumió el poder, y Fox, quien llegó a la presidencia el 1 de diciembre poniendo fin a 71 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Acerca de los procesos de integración, el comunicado señaló que "una vez realizada la consulta con nuestros socios canadienses, nos esforzaremos en consolidar una comunidad económica de America del Norte", y reiteró que "apoyamos medidas que lleven a una política fiscal sana, bajas tasas de inflación y sistema financiero solido".
"El narcotráfico y el crimen organizado -agregó el comunicado- son amenazas de primer orden para nuestras sociedades. Nos proponemos reducir la demanda de droga y eliminar las organizaciones de narcotraficantes", agregó.
Primera gira presidencial
Bush fue recibido por Fox y miembros de su gabinete a la llegada del avión presidencial estadounidense en una ceremonia protocolar efectuada en el aeropuerto internacional del Bajío.
A su llegada, el Presidente norteamericano bajó solo por la escalinata del avión y caminó hasta Fox con los brazos abiertos. Ambos mandatarios intercambiaron un rápido abrazo y se estrecharon la mano.
Fox acompañó a Bush y le presentó a varios integrantes de su gabinete, y a su pequeño hijo Rodrigo.
El nuevo Mandatario estadounidense tuvo un gesto recíproco, al presentarle a su secretario de Estado, Colin Powell, y al embajador estadounidense en México, Jeffrey Davidow.
Después de una breve ceremonia de protocolo, en la que se interpretaron los himnos nacionales, ambos gobernantes viajaron posteriormente al Rancho de San Cristóbal, ubicado a 340 kilómetros al noroeste de la capital mexicana, donde sostendrán conversaciones privadas, y ofrecerán posteriormente algunas conferencias de prensa y sesiones fotográficas.
Poco antes del arribo del Presidente estadounidense, Fox había declarado a algunos medios de prensa que "en esta reunión no se trata de una competencia a ver quién sale mejor, al revés, se trata de formar equipo, y eso es lo que pretendemos, formar equipo, hacer amistad, tener una visión conjunta para impulsar un verdadero progreso en nuestros países".
El jueves, Bush había afirmado que "nuestro futuro no puede estar separado del futuro de nuestros vecinos" y señaló que desea que las relaciones entre México y Estados Unidos se conviertan en el ejemplo de "un Hemisferio Occidental de libertad y prosperidad", y comentó que tomará con seriedad las propuestas del Mandatario mexicano.
"Espero que podamos hablar sobre cómo podemos construir un siglo de las Américas", dijo Bush ante unos 700 empleados del Departamento de Estado.
"México ha visto un renacimiento de la libertad, y el comercio está generando esperanzas y progreso económico. Las puertas están abiertas para una sociedad más cercana con Estados Unidos, pero nada de esta nueva relación es inevitable. Sólo a través del trabajo duro lo haremos bien".
Bush, antes de su visita a México, había expresado su disposición a eliminar el proceso de "certificación" a esta nación, el cual había provocado irritación del gobierno mexicano.
Esta declaración fue vista como un gesto de buena voluntad de Bush hacia México antes del comienzo de esta visita, apodada por los medios de comunicación mexicanos como "La Cumbre de las Botas", por la afición de ambos mandatarios de vestir botas vaqueras.
Otro de los temas de importancia podría ser el referente a la inmigración. El Presidente Fox, desde que asumió el cargo, ha buscado impulsar el libre tránsito de personas entre México, Estados Unidos y Canadá, integrantes del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
Sin embargo, Estados Unidos no se muestra dispuesto a abrir sus fronteras a más trabajadores mexicanos.