BAGDAD.- El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, comenzará el viernes una gira por Medio Oriente en la que deberá contrarrestar los esfuerzos de Irak en busca de la protesta general de los países árabes por los bombardeos del viernes sobre Bagdad.
El presidente del Parlamento iraquí, Sadum Hamadi, ha pedido al resto de los países árabes que declaren el 24 de febrero, día del inicio de la gira de Powell, "jornada de protesta árabe por los crímenes contra los pueblos iraquí y palestino".
El viaje de Powell a Egipto, Arabia Saudí, Kuwait, Jordania, Siria, territorios palestinos e Israel, será el primero que haga por la región desde que fue nombrado el pasado enero jefe de la diplomacia estadounidense. Uno de los principales objetivos de su gira será convencer a los países árabes de que el ataque contra Bagdad fue una acción "necesaria y rutinaria", además de explicar a los estados aliados de EEUU en la zona cuál es la política exterior de la nueva Administración de George W. Bush respecto a Medio Oriente.
El ataque del viernes, en el que murieron tres personas y una treintena resultaron heridas, según las últimas cifras facilitadas por las autoridades iraquíes, ha sido duramente criticado por la mayoría de los países árabes y por aliados de Estados Unidos en la OTAN, como Francia y Turquía, aparte de Rusia y China.
El jefe de la diplomacia francesa, Hubert Védrine, ha censurado esos bombardeos, que afectaron a instalaciones iraquíes de comunicaciones y control aéreo en el sur de Bagdad, y ha pedido a Washington una "redefinición" de su política respecto a Irak.
Además, el viceministro iraquí de Exteriores, Nizar Hamdún, llegó a París el lunes para llevar a cabo una serie de entrevistas con funcionarios del Ministerio de Exteriores galo. Pero según fuentes de este Ministerio, la visita de Hamdun, ex embajador ante la ONU, estaba prevista desde hace tiempo y su objetivo principal es tratar sobre las relaciones entre Bagdad y Naciones Unidas.
A este respecto, Bagdad, que ha pedido una condena explícita de la ONU a los bombardeos, ha advertido de que el ataque ha enrarecido el ambiente de cara a las próximas conversaciones con el organismo internacional, encaminadas a resolver la larga disputa que ambos mantienen sobre los más de diez años de embargo a Irak y el control de la eliminación de todo su armamento de destrucción masiva.
Los países árabes, por su parte, han expresado también su rechazo a la acción bélica estadounidense y británica contra Bagdad, la primera desde que bombardearan masivamente la capital iraquí en diciembre de 1998. 0Tanto la Liga Arabe, organización que agrupa a 22 países, como la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), que reúne a 56 estados de confesión musulmana, han emitido sendos comunicados de condena al ataque.
Comprometidos con el apoyo al pueblo iraquí se han mostrado diversos sectores políticos rusos, que han pedido al presidente del país, Vladimir Putin, medidas efectivas en favor de Irak. El líder ultranacionalista ruso, Vladimir Zhirinovsky, explicó el lunes en Bagdad que ha solicitado a Putin el levantamiento unilateral por parte de Rusia de las sanciones impuestas a Irak en agosto de 1990 por su invasión de Kuwait, emirato del que fue expulsado siete meses después por una alianza internacional.
Sin embargo, aunque Putin ha calificado los ataques de ''contraproducentes'', el Ministerio ruso de Exteriores informó que Moscú no dejará de aplicar las sanciones impuestas por la ONU a Irak, ni pedirá una resolución de condena a Naciones Unidas.
Ante estas divergencias respecto a la política sobre Irak, Powell tiene previsto entrevistarse el viernes en El Cairo con el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, con quien tratara esta cuestión y examinará la estrategia exterior de ambos países.