BUPYONG, Corea del Sur.- Cientos de activistas estudiantiles y sindicales atacaron este martes a la policía con bombas incendiarias, en una protesta por el desalojo de los obreros en huelga que ocupaban una fábrica de Daewoo Motors Co.
Los manifestantes, solidarios con los huelguistas, también incendiaron dos autobuses policiales en su marcha hacia la fábrica situada en Bupyong, 30 kilómetros al oeste de Seúl. La concentración de unas 600 personas fue organizada por la Confederación de Sindicatos de Corea, una de las dos federaciones laborales del país.
La lucha, que duró unos 20 minutos, estalló cuando la policía bloqueó la marcha hacia la fábrica. Un policía fue retirado con una pierna ensangrentada. Las autoridades informaron que fueron heridos nueve policías y 10 manifestantes. Once de estos fueron detenidos.
Los dirigentes sindicales dijeron que convocarían a otras protestas hasta que la policía liberara 80 obreros detenidos ayer en Buypong, que cerró la semana pasada y se espera que se reabra el 6 de marzo.
Unos 1.500 obreros de otras dos fábricas de Daewoo en Corea del Sur, en Kunsan y Changwon, efectuaron hoy paros de solidaridad de varias horas. Pero la producción no fue afectada.
La policía dispersó anoche a unos 600 obreros despedidos que ocupaban la fábrica de Bupyong, la principal de Daewoo. Eran parte de los 1.751 despedidos la semana pasada según un plan de reestructuración de la empresa, que se halla en dificultades desde la crisis financiera asiática de 1997 y 1998.
Daewoo Motor, la tercera entre las fábricas de automotores más importantes de Corea del Sur, se declaró en quiebra en noviembre, con deudas que totalizaban en esos momentos 15.000 millones de dólares.
Los acreedores procuran vender sus activos a un inversionista extranjero. Por ahora el único interesado es General Motors, desde que Ford Motor Co. se retiró.
Daewoo puede producir 2 millones de vehículos, en sus fábricas de Corea del Sur y el exterior. A pesar de sus graves problemas financieros, podría servirles a los inversionistas extranjeros para penetrar en el cerrado mercado surcoreano, y utilizarlo como peldaño para pasar al creciente mercado de China.
