MUCIBABA, Yugoslavia.- Entre ruidos de ametralladoras y detonaciones de mortero, unos 5.000 soldados estadounidenses, parte de una fuerza internacional de 45.000 hombres en la zona de seguridad entre Kosovo y Serbia, realizan actividades diarias para buscar la paz definitiva en la región.
Los pacificadores tratan de evitar que las etnias albanesas de Kosovo se infiltren en una zona de 4,8 kilómetros de ancho.
Cumplen recorridos entre retenes y zonas boscosas, así como turnos de 18 horas en vehículos, vigilando el tráfico entre Kosovo y el resto de Serbia, la mayor república yugoslava. El soldado raso Justin Tatro, de 20 años, bromea sobre los largos recorridos, donde los puntos de referencia son granjas perforadas por las balas y graneros incendiados. "Es como una caminata en el parque".
Los rebeldes étnicos albaneses en la zona que incluye el valle de Presevo buscan unirla con el resto de Kosovo y posteriormente, lograr la independencia de toda la provincia respecto de Serbia. La insurgencia siguió una guerra de 78 días, declarada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que forzó al entonces Presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic a detener su ofensiva sobre las etnias albanesas.
Pero ahora, la inestabilidad en el valle de Presevo es similar a la violencia que llevó a la participación inicial de la OTAN en Kosovo. En noviembre, rebeldes mataron a cuatro agentes y tomaron posiciones policiales serbias. El domingo, una explosión, supuestamente causada por minas antitanque, mató a otros tres policías serbios.
Alarmados por la actividad rebelde, diplomáticos y comandantes de la OTAN intensificaron la vigilancia en la denominada "Zona de Seguridad en Tierra".
Los pacificadores llevan un registro de las detonaciones, buscan señales de tránsito, vigilan la zona desde el aire y colocan sensores de movimiento en los bosques. El teniente primero Tony Leibert y sus tropas tratan de evitar que hombres y pertrechos se transporten en la zona.
La gente que trata de ayudar a rebeldes es arrestada en Campo Bondsteel, donde permanecen 85 supuestos miembros del Ejército de Liberación de Presevo, Menvedja y Bujanovac.
Los pacificadores temen que más militantes de etnias albanesas lleguen en caso de guerra contra los serbios. Sin embargo, no hablan sobre las causas políticas. "No vemos la imagen grande", dice Leibert. "Vemos lo que pasa aquí en Mucibaba", un poblado de 150 casas en colinas empinadas, conectadas por veredas y caminos lodosos.