EL CAIRO.- Los jefes de Estado y representantes del grupo de los Ocho Países Islámicos en Desarrollo, conocido como D-8, inauguraron hoy domingo su tercera cumbre en El Cairo y pidieron ayuda internacional para hacer frente al impacto de la globalización sobre sus economías.
El D-8, cuya cumbre durará un sólo día, agrupa a Egipto, Pakistán, Irán, Bangladesh, Turquía, Indonesia, Malasia y Nigeria.
A la reunión asisten, además del jefe de Estado egipcio, Hosni Mubarak, los presidentes de Turquía, Ahmat Negdet Sezar; de Indonesia, Abdelrahman Wahid; el gobernante militar de Pakistán, general Pervez Musharraf, y la primera ministra de Bangladesh, Sheija Huseina.
También participan el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Kamal Jarrazi, y el vicepresidente de Malasia, Abdala Hayi.
"La globalización ofrece muchas oportunidades positivas pero al mismo tiempo tiene muchos aspectos negativos", dijo el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en un discurso inaugural.
En concreto, Mubarak, cuyo país presidirá el grupo durante los próximos dos años, señaló que "entre los aspectos negativos se encuentra la pobreza y las enfermedades, así como la marginación de las sociedades pobres y la deuda".
El Presidente egipcio pidió que se inicie un diálogo entre los países en vías de desarrollo y los Estados desarrollados para sentar las "bases de un nuevo sistema comercial mundial justo, ya que el actual sistema favorece los intereses de los países desarrollados".
También destacó la necesidad de "intensificar los esfuerzos internacionales para luchar contra la pobreza de forma justa, con la contribución activa de las instituciones financieras mundiales y las Naciones Unidas".
Mubarak se quejó de que "durante las últimas dos décadas una mayor parte de las inversiones atraídas por los países en desarrollo buscaban ganancias rápidas y no tuvieron como objetivo el aumento de la producción y la creación de nuevas oportunidades de trabajo".