BUENOS AIRES.- El ministro de Economía argentino, José Luis Machinea, principal factótum del blindaje financiero por unos 40.000 millones de dólares que el país obtuvo del FMI y otros organismos multilaterales de crédito, renunció esta noche a su cargo en medio de una nueva crisis desatada en el gobierno del Presidente Fernando De la Rúa.
Pese a que aún no fue confirmada oficialmente la noticia, múltiples fuentes cercanas al poder aseguraron que la renuncia se produjo esta tarde e incluso mencionaron el nombre del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, como virtual nuevo ministro.
Si bien el nombre de Colombo es el que aparece con mayores posibilidades de reemplazar al renunciante, otras fuentes no descartaron al ex ministro de Economía del anterior gobierno de Carlos Menem (1989-1999), Domingo Cavallo, autor del plan de convertibilidad que desde hace diez años equiparó al dólar con el peso, la moneda de curso legal en Argentina, y terminó con la hiperinflación de finales de los '80.
Una tercera posibilidad es el economista Ricardo López Murphy, quien actualmente ocupa el Ministerio de Defensa.
Estos dos últimos cuentan con el apoyo de los poderosos grupos económicos, locales y multinacionales, que operan en Argentina.
La dimisión de Machinea, el hombre que comandó las cuentas argentinas desde el 10 de diciembre de 1999, fue el corolario de una jornada plagada de rumores y desmentidas sobre su continuidad.
Las versiones sobre el cambio de ministro de Economía circularon insistentemente en los últimos días, fogoneadas -según denunció el ahora ex titular de la cartera de Hacienda- por "sectores que no están de acuerdo" con la política que aplicaba al frente de la cartera.
Hoy, tras una reunión de unas cuatro horas que mantuvo con el Presidente De la Rúa, Machinea acordó su salida del gabinete, pese a que el Jefe de Estado y el propio ex ministro habían desmentido reiteradamente -aunque sin mucha convicción- a lo largo de la jornada el alejamiento.
La figura de Machinea era resistida desde distintos ámbitos políticos, gremiales, sociales y empresariales de Argentina, en especial por los influyentes holdings económicos bautizados en el país como "el establishment".
En los últimos días, las críticas sobre el dimitente Machinea se centraron en la lentitud para sacar al país de dos años de recesión y en los temores sobre que el blindaje conseguido hace unos dos meses comenzara a diluirse sin producir efectos concretos.
Argentina amaneció hoy preocupada por datos oficiales que indican que la recaudación impositiva registró un pobre incremento del 0,7% respecto de febrero de 2000 -la mitad de lo que había previsto el ministro-, la persistencia de tasas de interés que tornan difícil el acceso al crédito para proyectos productivos y un escandaloso caso de lavado de dinero que se ventiló gracias a un informe del Senado de Estados Unidos.
En ese escándalo aparece involucrado el titular del Banco Central, Pedro Pou -a quien sí respalda el "establishment"-, un hombre que no goza de la confianza de Machinea y al que, incluso, hoy mismo le pidió una "profunda investigación" sobre sus eventuales responsabilidades en el lavado de fondos provenientes del narcotráfico y la corrupción.
Esta mañana, Machinea había dicho, casi a modo de presagio, que el Presidente De la Rúa tenía "siempre a su disposición" su renuncia; se quejó por los permanentes rumores sobre su salida del gobierno, pero no fue contundente en desmentirlos.
A media mañana y por segunda vez en 24 horas, De la Rúa había confirmado al ministro en su puesto: "está plenamente en funciones", señaló, pero tampoco él fue terminante, ya que rehusó responder a los rumores de dimisión con el argumento de no contestar "rumores".
La salida de Machinea del gabinete abrió las puertas al regreso del ex vicepresidente, Carlos "Chacho" Alvarez -del centroizquierdista FREPASO- y del ex presidente Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical.
Tanto uno cuanto el otro aparecían distanciados -ideológicamente al menos- de De la Rúa, pero hoy, apenas se conoció la dimisión de Machinea, mantenían una prolongada reunión con el Presidente en la residencia de descanso en Olivos, a las afueras de Buenos Aires.
