BELGRADO.- EE.UU. levantará las sanciones financieras y concederá a Yugoslavia la prometida ayuda de 100 millones de dólares si las nuevas autoridades juzgan y encarcelan al ex presidente Slobodan Milosevic y fijan algún tipo de colaboración con el Tribunal de La Haya para crímenes de guerra.
Medios políticos estadounidenses declararon que Washington no se contentaría con que Belgrado interrogara a Milosevic si después le dejara volver a casa a la espera de un juicio que se celebraría en un futuro sin fecha determinada.
EE.UU. no tendría nada en contra de que Milosevic fuera juzgado por cualquiera de los cargos que la Justicia serbia le impute, sea por adquisición fraudulenta de su lujosa residencia de Belgrado o por otro tipo de supuesto delito, antes de ser juzgado por La Haya.
Lo importante para Washington, según las fuentes, es que Milosevic, actual presidente del Partido Socialista Serbio (SPS), el mayor de la oposición, sea detenido, y no simplemente se le haga prestar declaración y se le deje marchar.
La otra condición que Estados Unidos exige a los yugoslavos es que manifiesten antes del próximo día 31 qué tipo de colaboración con el Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya han decidido observar. El embajador estadounidense en Belgrado, William Montgomery, expuso esas condiciones el lunes pasado a representantes del Gobierno de Serbia, en su sede rodeada de las ruinas de los bombardeos de la OTAN de 1999.
El embajador yugoslavo en Washington, Milan Protic, declaró al diario estadounidense "Washington Post" que se detendrá a Milosevic antes del 31 de diciembre, "aunque no será fácil, pero se hará". El diario belgradense "Blic" asegura hoy que en un informe el Congreso de EE.UU. se ha manifestado descontento con que las nuevas autoridades hayan asumido buena parte de la política balcánica de Milosevic.
Los medios políticos serbios responden que sería iluso creer que los intereses nacionales de Serbia desaparecieron con la Presidencia de Milosevic y que sus sucesores no los esgrimirán. Un 40 por ciento de los serbios se opone a la entrega de Milosevic a la jurisdicción de La Haya, según la última encuesta, mientras que un 22 por ciento aceptaría entregarlo si esa fuera la condición para recibir ayuda económica.
Medios occidentales de Belgrado afirman que el primer ministro serbio, Zoran Djindjic, estableció el pasado fin de semana contactos secretos en el extranjero con la fiscal del TPI de La Haya, Carla del Ponte. En el ruedo político serbio se están perfilando ya dos claros bandos, el de Djndjic, partidario de abandonar a Milosevic a la suerte que Occidente decida, y el del presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica, más meticuloso con la legalidad.
Mientras que Djindjic se entrevistó en el pasado con Milosevic, Kostunica tiene a gala no haber tenido jamás ningún tipo de contacto con el ex presidente hasta que cayó. Kostunica, un nacionalista moderado, culpa a Milosevic de casi todos los males de Serbia por su torpeza política y abuso populista del poder, pero considera que el Tribunal de La Haya es un instrumento antiserbio de EE.UU. en la ONU.
Pero en última instancia, Kostunica está dispuesto a abandonar a Milosevic a la suerte del TPI, ya que en una entrevista hace unos días admitió que lo primero es que Serbia sobreviva. Además, recordó Kostunica, fue Milosevic quien inició la colaboración con La Haya en detrimento de los serbios de Bosnia, cuando todavía él no había sido acusado, en 1996.
Los 100 millones de dólares que EE.UU. entregará a Serbia si juzga y condena a Milosevic y manifiesta su disposición a colaborar con La Haya son necesarios para poder proceder a la cosecha de primavera, según la Cámara de Comercio de Belgrado.
Graham Blewitt, adjunto a la fiscal Del Ponte, señaló ayer que el TPI está dispuesto a que se juzgue a Milosevic en Belgrado, aunque parte del juicio tendría que celebrarse en La Haya porque algunos testigos se negarían a desplazarse a Serbia.
Blewitt indicó que hasta ahora Milosevic sólo está acusado de crímenes cometidos supuestamente durante su represión de la secesión de Kosovo, pero está casi lista otra acusación por delitos en las guerras de secesión de Bosnia y Croacia.
Quienes consideran en Belgrado que el TPI es un instrumento occidental suelen recordar que en 1995, ya concluidas las guerras de secesión de Croacia y Bosnia, Milosevic fue uno de los mejores colaboradores balcánicos de EE.UU. en los Acuerdos de Paz de Dayton.
El Tribunal de La Haya acusó a Milosevic en mayo de 1999, mientras la OTAN bombardeaba Yugoslavia, de haber provocado la huida de 700.000 albaneses para "limpiar" Kosovo de ese grupo étnico y de ser responsable de la muerte de 300 personas durante las campañas punitivas contra los secesionistas.
Mientras, siguen a diario a la puerta de la residencia de Milosevic un centenar de personas que "hacen guardia" para defender a su ex líder de cualquier intento de detenerlo. De vez en cuando, el siempre populista Milosevic aparece con su inseparable nietecito; saluda, abraza o besa a unas decenas de simpatizantes y vuelve a desaparecer tras el portón de acero.