CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II beatificó el domingo a 233 mártires de la Guerra Civil Española, en la mayor ceremonia de su tipo en la historia de la Iglesia Católica.
La beatificación es el penúltimo paso hacia la santidad en la Iglesia Católica y se confiere particularmente a personalidades consideradas sagradas o a mártires asesinados "en repudio a la fe".
La mayoría de los muertos durante el conflicto español de 1936 a 1939 en España procedían de la ciudad mediterránea de Valencia y muchos eran monjas u sacerdotes.
Otros provenían de las ciudades norteñas de Barcelona, Zaragoza y Lerida, escenarios de los más fieros combates de una guerra que costó a la vida a alrededor de un millón de personas.
"En aquellos terribles años, muchos sacerdotes, figuras religiosas y miembros laicos fueron asesinados simplemente por haber sido miembros activos de la iglesia", dijo el Papa ante millares de peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro.
"Estos beatificados hoy ... no estuvieron implicados en batallas políticas o ideológicas y tampoco quisieron nunca estar involucrados. Los mataron únicamente por motivos religiosos", dijo.
Casi 7.000 religiosos, monjas y sacerdotes fueron asesinados durante la Guerra Civil Española por fuerzas opuestas al fascista general Francisco Franco. El Vaticano con frecuencia recuerda con horror esa persecución de miembros de la iglesia.
No obstante, los críticos indican que la iglesia española abiertamente respaldó la rebelión de Franco contra el democráticamente electo gobierno del Frente Popular y que las atrocidades fueron cometidas por ambas partes en conflicto.
Nunca antes en la historia de 2.000 años de la iglesia ningún Papa había beatificado a tantas personas en una sola ceremonia.
Las mayores ceremonias de beatificación fueron en 1992, cuando el Papa beatificó a 122 víctimas del conflicto español y en 1988, cuando abrió el camino a la santidad de 117 vietnamitas.
La beatificación masiva también elevó la cuenta personal del Pontífice polaco, con más de 1.000 hasta la fecha.
Juan pablo ha beatificado a 1.227 personas desde que fue elegido Papa en 1978, más de la mitad de todos sus predecesores juntos. Casi la mitad de estos potenciales santos fueron víctimas de la Guerra Civil de España.
El Papa de 80 años, vestido en resplandeciente púrpura y dorado, se notaba cansado pero habló con voz fuerte en un claro español durante la ceremonia de dos horas.
Recordó a una de las víctimas, María Teresa Ferragud, que tenía 83 años cuando fue arrestada junto a sus cuatro hijas en octubre de 1936, tres meses después que comenzó la guerra.
Ella pidió ser ejecutada con sus hijas e imploró a sus asesinos que la mataran de última para poder ayudar a sus hijas a morir en fe antes de su propia muerte, dijo el Papa.
Recordó también al sacerdote German Gozalbo, de 23 años, de quien se dijo que fue torturado y ejecutado apenas dos meses después de haber celebrado su primera misa.
Entre los beatificados se incluyeron dos uruguayos, que se convirtieron en las primeras personas de ese país sudamericano en ser colocados por el Papa en la antesala a la santidad.