LONDRES.- La epidemia de fiebre aftosa en Gran Bretaña no daba señales de disminuir el domingo, a pesar de las afirmaciones del gobierno de que la enfermedad animal estaba bajo control.
El ministro de Agricultura, Nick Brown, anunció 12 nuevos casos confirmados el domingo, lo que eleva a 151 el número de granjas y mataderos afectados.
Pero Brown insistió en que las draconianas restricciones al movimiento de ganado y el sacrificio de 90.000 animales infectados estaban conteniendo la enfermedad, altamente contagiosa.
La fiebre aftosa, que no daña a los seres humanos, causa la aparición de ampollas en las pezuñas y los morros de ovinos, porcinos, vacunos, bovinos y caprinos, seguidas por una severa pérdida de peso.
"Tengo la absoluta seguridad de que la tenemos bajo control", declaró Brown a la cadena de televisión BBC. "Sé que la visión de animales muertos siendo quemados es horrible y preocupa a la gente, pero es la política adecuada a seguir".
Hasta ahora, los casos confirmados de la enfermedad están confinados a Gran Bretaña y uno a la provincia británica de Irlanda del Norte, pero la mayor parte del noroeste de Europa se encuentra en alerta.
Gran parte de la campiña británica está en cuarentena y se han cancelado eventos deportivos debido a la enfermedad, mientras piras incendiarias de animales se erigen en todo el país.
Pero a pesar de estas medidas, en los últimos tres días se han confirmado casi 50 nuevos casos, en momentos en que las autoridades británicas habrían deseado recibir los primeros frutos de sus esfuerzos.
"La enfermedad no obedecerá ningún plan que yo establezca", advirtió Brown.
Los granjeros dicen temer que la fiebre aftosa, que puede estarse incubando entre una y dos semanas, se siga expandiendo.
"Creo que esta semana veremos la tasa ( de nuevos casos) aumentar más rápido", dijo al canal de televisión ITV el subdirector general del Sindicato Nacional de Granjeros, Ian Gardiner. "La enfermedad aún se está expandiendo", afirmó.