PARIS.- La primera vuelta de las elecciones municipales francesas ha arrojado resultados decepcionantes tanto para el jefe de Estado, el neogaullista Jacques Chirac, como para el Primer Ministro, el socialista Lionel Jospin, seguros rivales en las Presidenciales de 2002, año también de las próximas Legislativas.
La tan cacareada "ola rosa" no se materializó, destacados ministros del Gobierno de izquierdas liderado por Jospin sufrieron una sonada bofetada, los Verdes mejoraron sus posiciones -lo que les convertirá en socios más exigentes-, y la ultraizquierda avanzó en ciudades industriales del Norte.
La derecha, socavada por sus divisiones internas o candidaturas rebeldes en importantes ciudades, afronta el próximo domingo la probable pérdida de París, su bastión desde hace más de un siglo, y, posiblemente también en Lyon y Toulouse, donde ha reinado durante 50 y 40 años, respectivamente.
Para Chirac, quien gobernó en París durante 18 años hasta su salto al Elíseo en 1995, el empuje de la izquierda en la capital, así como la victoria en Tulle, su feudo de Correze, cosechada por el líder del Partido Socialista (PS), Francois Hollande, son un revés personal, destacan hoy los comentaristas.
Chirac sabe que si en la segunda vuelta se confirma la victoria del socialista Bertrand Delanoe en París, se le podrá reprochar el haber designado en 1995 a Jean Tiberí como sucesor, los escándalos político-financieros, y la selección de Philippe Séguin como abanderado oficial de la derecha en la capital.
Con una abstención récord en las municipales, esta primera vuelta muestra que los socialistas han progresado menos de lo que esperaban, y que la derecha ha aguantado mejor de lo previsto o incluso progresa en provincias.
También ha revelado que los Verdes han reforzado sus posiciones y los comunistas retroceden, mientras que la dividida extrema derecha, aunque conserva Orange y está en liza para la segunda vuelta en Marignane y Vitrolles, ha sufrido un serio revés.
Y, como coinciden hoy los analistas y políticos, por encima de las divisiones ideológicas, los electores han recompensado a los alcaldes salientes.
Un fenómeno que han sufrido en sus propias carnes cuatro de los ministros de Jospin que se lanzaron a la conquista de Alcaldías gobernadas por la derecha.
La titular de Empleo y "número tres" del Gobierno, la socialista Elisabeth Guigou, quedó de milagro en liza para la segunda vuelta en Aviñon (sureste): sólo le faltaron 62 votos a su rival, la saliente neogaullista Marie-José Roig, para eliminarla a la primera.
Al responsable de Asuntos Europeos, el también socialista Pierre Moscovici, parece igualmente condenado a la derrota el próximo domingo en Montbeliard (este): el alcalde saliente, el neogaullista Louis Souvet, se quedó a 56 votos de la victoria.
Los ministros de Transportes, el comunista Jean-Claude Gayssot, quedó eliminado de un plumazo en Béziers (sur), al igual que su colega de Medio Ambiente, la Verde Dominique Voynet, en Dole (este).
También han sorprendido los decepcionantes resultados de la que fuera peso pesado del Gobierno de Jospin, la ex titular de Empleo, la socialista Martine Aubry, en Lille (norte), la desventaja de la ex ministra de Cultura Catherine Trautmann en Estrasburgo (noreste) y la del titular de Educación, Jack Lang, en Blois (centro).
En las elecciones cantonales (se renueva la mitad de los consejeros generales), la izquierda ha marcado puntos, pasando del 44,3 por ciento, si se le suman los Verdes, cosechado en 1994 en los mismos cantones a más del 45 por ciento, según resultados aún no definitivos, mientras que la derecha se acercaría al 42 por ciento.
El grito colectivo de los líderes de partidos hoy tanto a la izquierda como a la derecha era la unión:
La fusión de las listas conservadoras en París como última esperanza de evitar una derrota; en Lyon, donde el centroliberal Michel Mercier tiró la toalla y al que Charles Millon, víctima en el pasado de ostracismo por su alianza con la extrema derecha, instó hoy a una fusión para cortar el paso al socialista Gérald Collomb.
El mismo mensaje de fusión de las listas Mercier-Millon fue lanzado por el ex presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing.
En Toulouse, la decisión de la lista alternativa "Motivé-e-s" impulsada por los raperos de "Zebda" a favor de una coalición con la izquierda, puede dar al abanderado socialista-comunista-radicales de izquierda, Francois Simon, una buena posibilidad frente al centroliberal (UDF) Philippe Douste-Blazy.