BRUSELAS.- La amenaza de la fiebre aftosa propagó este miércoles el pánico internacional mientras varias naciones prohibían el ingreso de productos cárnicos europeos y advirtieron que podrían desinfectar a los viajeros que lleguen de Europa a sus territorios.
Las barreras se alzaron en el seno mismo de la Unión Europea, al custodiar la policía alemana los cruces fronterizos normalmente no vigilados con Francia, en donde fue encontrado el martes el primer brote de aftosa en el continente.
Gran Bretaña es el epicentro del brote de la altamente contagiosa enfermedad, que ataca a los ganados vacuno y bovino, ovino, porcino y caprino. Pero el caso francés demuestra que la dolencia cruzó el Canal de la Mancha y expertos de Naciones Unidas previnieron de que no hay nación alguna a salvo.
Aunque la dolencia es endémica en muchas partes del globo, la noticia de su propagación dentro de Europa llevó a Estados Unidos, Canadá, México, Australia y Corea del Sur a frenar, de inmediato, las importaciones de productos cárnicos de la UE.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación instó a una acción internacional coordinada, pidiendo controles más estrictos en inmigrantes y turistas y advirtiendo que la enfermedad, que por lo general no es dañina para los humanos, podría extenderse a nivel mundial.
"Al observar la forma en que se propaga el virus, está muy claro de que cada país está amenazado", dijo a Reuters el jefe del servicio de sanidad animal de la FAO, Yves Cheneau. El funcionario también instó a imponer controles más rígidos para la importación de productos alimenticios, incluyendo los transportados por los turistas, y en los desechos de aeronaves y barcos, que pueden propagar la fiebre aftosa.
También debería de ofrecerse más asistencia para confrontar la dolencia en las áreas endémicas como Africa, Oriente Medio, Asia y América del Sur, agregó Cheneau.
Los países miembros de la UE y otras naciones han instaurado sus propias restricciones a las importaciones de cárnicos de Argentina, tras confirmarse que la fiebre aftosa había infectado algunas de sus reses.
En duda las elecciones en Gran Bretaña
Pero el foco persistía en torno al cada vez más extenso brote en Gran Bretaña, donde la emergencia desatada hace tres semanas amenaza con hacer estallar una crisis política de gran envergadura y con su potencial de propagación a través de Europa continental.
Los agricultores británicos instaron al primer ministro Tony Blair a desistir de planes para celebrar, a principios de mayo, una elección general. Los agricultores y otras empresas del agro confrontan la posibilidad de ruina financiera: el desplazamiento de reses está rígidamente limitado, decenas de miles de animales han sido seleccionados para incinerarlos en enormes piras y gran parte de las áreas rurales están, para todos los efectos, vedadas al ingreso de visitantes. El número de casos confirmados en el Reino Unido ha llegado a 205.
"No puedo concebir cómo podríamos desarrollar una campaña (electoral) apropiada en las zonas rurales, con las restricciones al tránsito", dijo Ben Gill, jefe de la Unión Nacional de Agricultores. "Simplemente, en mi opinión no me parece aceptable decir: bueno, los habitantes del campo sólo representan un pequeño porcentaje de la población", agregó, en sus declaraciones a Sky television.