MEXICO.- El Congreso de México está dividido por el reclamo del líder insurgente zapatista, subcomandante Marcos, de hablar ante el pleno legislativo para abogar por una ley de derechos y cultura indígenas, señaló este miércoles el Consejero de Seguridad Nacional, Adolfo Aguilar Zinser.
Aguilar Zinser dijo a la cadena Televisa que "el Congerso como órgano soberano determinará si es o no procedente la solicitud de Marcos de subir a la tribuna", enmascarado y desarmado, pero advirtió que el zapatismo ya no es una amenaza militar y pronosticó que se convertirá en una fuerza política.
"Hay opiniones muy divididas en el Congreso", dijo el alto funcionario, un intelectual formado en la izquierda, horas después de que Marcos exigiera, la noche del martes, hablar en la tribuna del pleno legislativo. Marcos rechazó por "ridícula" y "humillante" la oferta de reunirse sólo con un grupo de 20 legisladores para defender el proyecto de ley indígena.
Pero el consejero del Presidente Vicente Fox consideró que el conflicto armado en Chiapas "no es un problema de seguridad nacional. Nosotros ya no vemos que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tenga una perspectiva militar", enfatizó.
A pesar de los "desencuentros" que se puedan dar, "el zapatismo está claramente en la perspectriva de convertirse en una fuerza política", afirmó el funcionario, quien asistió el domingo a presenciar la entrada de Marcos y el alto mando rebelde a la capital, en una caravana que recorrió 3.000 km desde sus reductos de Chiapas (sur).
Explicó que el futuro del movimiento zapatista "quizá no sea un partido como dice el subcomandante Marcos (quien afirma que no buscará el poder), pero sí una fuerza política que busca transformaciones por la vía pacífica y de las instituciones", prosiguió Aguilar Zinser en el programa Primero Noticias
Sobre la polémica de los legisladores que dudan si Marcos puede hablar ante el Congreso con el pasamontañas negro de los zapatistas, Aguilar Zinser dijo que "es una moda del estilo de Marcos, hay que aceptarlo, es una indumentaria".
El enmascarado -quien fue recibido el domingo como héroe por 150.000 personas en Ciudad de México- está en la capital "no para hacer un llamado a un levantamiento armado ni a la agitación sino para entenderse con el Congreso y después de ello para entenderse con el Ejecutivo", advirtió el consejero.
Marcos, quien exige como condición para dialogar con Fox que el Congreso vote la ley indígena, habló en ese mismo espíritu el martes, al desestimar los temores "de que si el EZLN hace uso de la tribuna hable en contra del Congreso o que llame a una insurrección o alguna babosada parecida".
A su turno, el ministro del Interior, Santiago Creel, criticó a los legisladores que se oponen a la autonomía que se confiere a los pueblos indígenas en el proyecto presentado por Fox, en el primer acto de su gobierno que cumplió 100 días el sábado.
Las críticas al proyecto, que irónicamente defienden desde esquinas opuestas tanto Fox como Marcos, son parte de "una visión corta y muy conservadora, que no ha entendido la dimensión de la iniciativa", dijo Creel a la prensa.
Curiosamente, el gobernante Partido Acción Nacional (PAN, conservador), es el más dividido sobre el controvertido proyecto de reconocimiento constitucional de los derechos indígenas.
El gobierno "defenderá en todos sus términos" la iniciativa de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa, plural) para otorgar derechos a las 56 etnias que integran más de 10 millones de indígenas, adelantó Creel.
En una ofensiva para demoler el escepticismo de Marcos, dijo que "tenemos argumentos para explicar todos los puntos difíciles, como el concepto de pueblo indígena, el concepto de autonomía, de territorio, y lo vamos a hacer", puntualizó el número dos del gobierno.