MACAE.- La plataforma petrolera brasileña destruida la semana pasada por tres explosiones que dejaron 10 muertos comenzó a hundirse nuevamente en medio de un temporal, después que los técnicos habían logrado estabilizarla, dijo el lunes la empresa estatal Petrobras.
El gigante petrolero expresó esperanzas el fin de semana de que podría salvar la mayor plataforma petrolera del mundo, pero el mal tiempo impidió las tareas de rescate y la estructura se hundió otros 40 centímetros la noche del domingo, inclinándose más sobre el mar.
"Todavía no hay cálculos de cuánto tiempo se tomará para estabilizar la plataforma", dijo un portavoz de Petrobras.
Tres fuertes explosiones sacudieron la plataforma la madrugada del jueves, dejando 10 trabajadores muertos de un total de 175 a bordo de la unidad. Otro resultó gravemente herido.
A la mañana del lunes, Petrobras no había determinado aún las causas de los impactos, aunque medios locales lo atribuyeron a una fuga de gas natural.
Cerca de 350 ingenieros, buzos y marinos han trabajado sin parar en la recuperación de la base, pero el tiempo empeoró el domingo con la llegada de un frente frío desde el Atlántico sur, lo que complicó el salvamento de la plataforma P-36, a 125 kilómetros mar adentro del litoral de Río de Janeiro.
Entre tanto, los sindicatos petroleros anunciaron el lunes nuevas protestas para exigir mejores condiciones de trabajo, por lo que reducirían al mínimo el número de operarios en las 50 plataformas de la Cuenca de Campos, en el litoral norte de Río de Janeiro, que produce 80 por ciento del crudo brasileño.
"La protesta es por la vida, la seguridad y la memoria de nuestros colegas muertos", dijo Fernando de Carvalho, director regional de la Federación de Trabajadores Petroleros.
Luchan por mantener base a flote
Expertos de Estados Unidos y Holanda llegaron a Río de Janeiro para apoyar los trabajos orientados a mantener la base a flote y evitar un derrame de petróleo en el mar.
Los trabajadores inyectaron nitrógeno y aire comprimido mientras extraían las 3.000 toneladas de agua que estaban haciendo que la plataforma se hundiera.
Pero el mar embravecido, con olas de 1,5 metros, complicó la tarea y la base continuó hundiéndose, hasta unos 4,4 metros por debajo de su nivel normal.
Una portavoz de Petrobras indicó que se esperaba una mejora en el tiempo, lo que permitiría reanudar la estabilización de la base, valorada en 350 millones de dólares, con la altura de un edificio de 40 pisos.
De llegar a hundirse, los tubos y tanques de almacenamiento de la base podrían derramar 1,5 millones de litros de crudo y combustible diesel al mar.
"Por el momento no hay ningún asunto ambiental que nos preocupe, dijo Carlos Henrique Mendes, del Instituto Brasileño del Medio Ambiente (Ibama).
Después de dos grandes derrames de crudo y una serie de accidentes que dejaron 81 trabajadores muertos en los últimos tres años, el percance en la P-36 vino a dañar el empeño de Petrobras por establecerse como una de las principales empresas petroleras del mundo.
Petrobras ya es considerada una de las empresas de más experiencia en producción de crudo en aguas profundas y la P-36, inaugurada el año pasado, era el modelo de su avanzada tecnología.