RIO DE JANEIRO.- Un día después de que la mayor plataforma petrolera del mundo se hundió frente a la costa brasileña, se ha controlado el derrame de petróleo y combustible, dijo el miércoles la estatal Petrobras.
La estructura, tan alta como un edificio de 40 pisos, fue destruida la semana pasada por una serie de explosiones que dejaron 10 operarios muertos y se hundió el martes, tras cinco días de denodados esfuerzos por rescatarla.
Sólo un cadáver fue recuperado y la plataforma, que yace ahora a 1.350 metros de profundidad en el lecho marino del Atlántico, se convirtió en sepulcro de nueve trabajadores, ante la ira de sus familiares.
Petrobras, propietaria de la base, tendió kilómetros de barreras de contención y afirmó que había limpiado la mayor parte del derrame, aunque descartó la posibilidad de recuperar los cadáveres.
Entre tanto, el sindicato de petroleros anunció un paro el jueves en demanda de mejores condiciones de seguridad y capacitación para los trabajadores. El jefe del departamento ambiental de Petrobras, Irani Varella, dijo a Reuters que los trabajadores disiparon con químicos o recogieron con barriles la mayor parte del derrame, salvo 12.000 litros de petróleo y diesel en la superficie.
El funcionario agregó que podría haberse fugado más combustible, aunque aclaró también que podría haberse disuelto con químicos. La plataforma contenía 1,2 millones de litros de diesel y 300.000 litros de petróleo.
"Podría haber más petróleo subiendo a la superficie, pero en cantidades menores, tenemos medios para contener el derrame, y el daño ambiental es relativamente bajo", dijo Varella, quien aseguró que las playas de la zona no serán afectadas.
La agencia ambiental del estado de Río de Janeiro dijo que la mancha de petróleo abarcaba un área de 60 kilómetros cuadrados, pero que podría reducirse con químicos. "Los agentes de dispersión hacen lo suyo rápido, no dejan trazos en la superficie, pero todavía es difícil evaluar el daño en el ecosistema a profundidad", dijo Axel Grael, presidente del organismo ambiental de Río.
Petrobras podría enfrentar una multa millonaria por el derrame.
Familiares protestan
En tanto, los familiares de los operarios muertos fueron trasladados en helicóptero al lugar del accidente, a 125 kilómetros de la costa de Río de Janeiro, para rendirles un último tributo. Para el jueves se programó una ceremonia religiosa.
El hundimiento provocó dolor y enojo entre aquellos que todavía esperaban enterrar a los nueve operarios desaparecidos, pero Varella admitió que Petrobras no dispone de la tecnología para recuperar los cadáveres.
Ivani Couto arremetió contra Petrobras por la muerte de su esposo: "Voy a luchar hasta el fin", gritó. "Mientras pueda tenerme en pie, seguiré luchando, y si no puedo, mis hijos lucharán por mí".
Un juez resolvió el martes que Petrobras debe recuperar el cuerpo de Charles Roberto Oscar para su esposa, Vanusia, en un plazo de 24 horas, caso contrario deberá pagar el equivalente de mil veces el salario mínimo por cada día que no cumpla.
El salario mínimo en Brasil es de 181 reales (90 dólares). Funcionarios de Petrobras indicaron que la empresa perdería 450 millones de dólares en ganancias este año a causa del accidente. La empresa generó un lucro de alrededor de 5.000 millones de dólares en el 2000.
Los funcionarios esperan que Petrobras instale una plataforma temporal en la Cuenca de Campos mientras llega una base nueva, que deberá estar lista en dos años. Las acciones de Petrobras, que cayeron 7 por ciento desde el accidente, subieron 1,2 por ciento el miércoles.
