BUENOS AIRES.- El nuevo ministro de Economía, Domingo Cavallo, lanzó hoy por la noche, tras una jornada de paro nacional, una "Ley de Competitividad" que busca "bajar un 20% el costo argentino".
El ministro intenta, asimismo, "dar al Poder Ejecutivo instrumentos para corregir la competitividad de los sectores productivos".
Cavallo explicó que esa ley, que espera el Congreso apruebe en los próximos días, contemplará una profunda reforma del Estado, medidas de acción impositiva para combatir la evasión, opciones de inversión para la actividad privada en obras de infraestructura, desregulación de leyes laborales, exenciones impositivas, fomento a las exportaciones y reestructuración y baja de aranceles de importación.
El ministro reveló que tuvo contactos con su colega brasileño, Pedro Malan, acerca de las medidas arancelarias por implementar, y que también se reunió con legisladores y gobernadores peronistas (oposición), quienes anunciaron su apoyo a las bases del plan económico contenido en esa ley de competitividad.
Cavallo ratificó la vigencia de la convertibilidad (que equipara al peso con el dólar estadounidense) y, al referirse en conferencia de prensa al paro realizado hoy por las centrales obreras dijo que "eso ya es historia".
El ministro se reunió en horas de la tarde con el líder sindical disidente Hugo Moyano en búsqueda de apoyo, pero éste, tras revelar que "Cavallo nos pidió una tregua", declaró que "el plan de lucha sigue adelante" y ratificó un nuevo paro para el 5 y 6 de abril.
Durante el día, mientras Cavallo llevaba adelante una maratónica serie de reuniones en busca de consenso político para lanzar su "ley de competitividad", el país quedó paralizado por el paro convocado por dos de las tres centrales obreras argentinas en rechazo a las medidas económicas anunciadas por su antecesor, Ricardo Lopez Murphy.
Con un "alto acatamiento", según las fuentes sindicales, y una "relativa adhesión", de acuerdo al gobierno, se cumplió el paro de 24 horas lanzado por la CGT disidente, que encabeza Moyano, y la Central de Trabajadores Argentina (CTA), que lidera Víctor De Gennaro.
La paralización del transporte, la coincidencia de la medida con el cese de actividades de los gremios docentes y las lluvias torrenciales que azotaron Buenos Aires, hicieron que la protesta quedase reflejada en calles prácticamente desoladas.
El paro en la educación fue total e incluyó, en el ámbito de la Capital, un acto frente al Congreso de la Nación, aunque debió suspenderse una marcha programada hasta la sede gubernamental en la Plaza de Mayo, por el mal tiempo que se desató en esas horas.
En el interior del país la medida de fuerza alcanzó también un alto acatamiento y se registraron marchas, actos y algunos incidentes, como la rotura de vidrieras en distintas entidades bancarias y comercios, producto de bombas de estruendo y del calor de gomas quemadas en las calles, sin mayores consecuencias.