BOGOTA.- Al menos 10.000 campesinos e indígenas colombianos se unieron hoy al paro nacional de veinticuatro horas en el que entraron los funcionarios estatales, con bloqueos a dos importantes carreteras del centro oeste y el sur del país, informaron portavoces de esas comunidades.
Las interrupciones fueron confirmadas en Bogotá por el ministro del Interior, Armando Estrada, quien dijo que a mitad de la jornada de protesta la situación del país podía considerarse "normal".
Las autoridades militares informaron de operaciones en las que fueron abatidos seis rebeldes del ELN y de la destrucción de cinco camiones remolque por el mismo grupo en la carretera que comunica a Medellín, en el noroeste, con la capital colombiana, pero aclararon que se trata de acciones ajenas a la huelga de este jueves.
Los cerca de 700.000 funcionarios públicos del país se lanzaron a primera hora a un paro de un día para protestar contra la política económica del Gobierno del presidente Andrés Pastrana y los acuerdos que adquirió con el FMI, que lo comprometen con un drástico ajuste fiscal que prevé el despido durante 2001 de 100.000 de ellos.
La protesta fue convocada por el llamado Comité Nacional de Paro, órgano que agrupa a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y a las confederaciones General de Trabajadores Democráticos (CGTD) y de Trabajadores de Colombia (CUT).
El titular del Interior admitió que la producción de la Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL, estatal) se ha reducido a la mitad y que el paro en la educación pública, que es prestada por unos 300.000 maestros, "es considerable".
También el servicio en la red estatal de salud, que sólo atiende casos urgentes, "disminuyó considerablemente", agregó Estrada.
El ministro dijo que esos son los tres sectores públicos más afectados por el paro, que según los organizadores también tuvo alcance sobre los servicios de telecomunicaciones, la banca pública y las oficinas de las administraciones central, departamentales y municipales.
La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) informó de que los aborígenes del país se unieron a la huelga con bloqueos a la Vía Panamericana, en el sur, y a la llamada Troncal Occidental, en el centro oeste,
Cerca de 7.000 indígenas mantienen interrumpido el tráfico por ambas carreteras, junto a otros varios miles de campesinos que se movilizaron con ellos.
El paso por la Panamericana quedó bloqueado cerca de Popayán, la capital departamental del Cauca, lo que mantiene incomunicado el interior del país con el sur y la región de frontera con Ecuador.
La segunda interrupción se produjo entre Riosucio y Supía, localidades de Caldas, departamento del que es capital Manizales, y tiene efectos sobre vastas regiones del centro, el centro oeste y el noroeste colombianos.