BUENOS AIRES.- La Cámara de Diputados aprobó el viernes buena parte de la denominada Ley de Competitividad, diseñada por el ministro de Economía Domingo Cavallo para superar la delicada crisis socioeconómica que agobia al país.
Pero a su vez, los diputados decidieron postergar el voto sobre el otorgamiento de poderes especiales pedidos por Cavallo como parte de su estrategia para reformar la burocracia estatal, la legislación laboral y el sistema previsional.
Ante esta determinación, el Presidente Fernando de la Rúa y Cavallo exhortaron a los legisladores para que trabajen el fin de semana y aprueben antes del lunes el proyecto completo. Lo mismo hizo el gobernador peronista Carlos Ruckauf, de la provincia de Buenos Aires, la más importante del país.
"Vivimos un momento difícil, hace falta el esfuerzo de todos", dijo De la Rúa en declaraciones al canal de televisión TN. Explicó que se trata de una ley para "poder enfrentar a los mercados", que están golpeando a la economía nacional.
Cavallo, por su parte, alertó que si los días pasan y la ley con las facultades que él solicitó no se aprueba, "se deteriorará el crédito de la Argentina, que es el que va a permitir que haya más producción, más crecimiento y más empleo".
En un intento por convencer a los congresistas, expresó que las facultades que solicita no serán utilizadas para bajar salarios. Por el contrario, dijo, la ley de Competitividad permitirá "proteger el empleo, los salarios y la producción".
Los senadores de la oposición peronista, mayoría en la Cámara Alta, dijeron que en las próximas horas votarán afirmativamente las mismas secciones del proyecto que aprobaron los diputados.
"Queremos ratificar que seguimos siendo una oposición responsable", manifestó José Luis Gioja, presidente del bloque de senadores peronistas, al anunciar el voto en favor de la primera parte de la ley.
Aclaró, sin embargo, que no le otorgarán al gobierno todas las facultades que el ministro de Economía considera imprescindibles para sacar al país de la recesión de más de 30 meses.
Lo que en síntesis decidieron los diputados fue aprobar 10 artículos de la Ley de Competitividad que le permitirían al Estado aumentar la recaudación para hacer frente al déficit fiscal, con excepción de otros tres artículos que le hubiesen dado superpoderes a Cavallo para manejar la economía a su antojo.
La diputada Elisa Carrió, disidente del partido oficialista Unión Cívica Radical, dijo que las facultades extraordinarias reclamadas por Cavallo exigen a los legisladores "ser delincuentes, dar la suma del poder público y ser traidores a la patria".
Tras más de 10 horas de debate, los diputados aprobaron los artículos que introducen un impuesto de hasta el seis por mil de cada depósito y extracción que se haga de cuentas corrientes, y la exigencia de utilizar cheque o tarjeta de crédito por cada operación que supere los 1.000 pesos (dólares).
Ese proyecto fue aprobado por 150 votos a favor y 75 en contra. Entre los que votaron por la negativa figuran legisladores del partido justicialista (peronista), el principal de la oposición, así como también de agrupaciones provinciales.
Para que el proyecto sea convertido en ley, debe ser debatido y aprobado por el Senado, que estaba reunido esta noche.
Los dirigentes sindicales peronistas reclamaron tanto a diputados como a senadores que no otorguen poderes especiales a Cavallo.
El vicejefe de gabinete, Armando Caro Figueroa, advirtió que si el Parlamento no aprueba los plenos poderes solicitados por el gobierno, Argentina continuará en "esta espiral decadente que nos va a llevar a una situación similar a la de la ex Unión Soviética".
En cuatro días como ministro, Cavallo cambió abruptamente el eje de la política económica del Presidente Fernando de la Rúa, basada en general en medidas de corte monetarista.
Cavallo atacó de entrada por todos los flancos, pero sin tocar el régimen cambiario de convertibilidad -un peso igual a un dólar- que él mismo implantó hace una década, cuando fue ministro de Economía del gobierno del Presidente Carlos Menem.