CARACAS.- Con una serie de disturbios en varias instalaciones petroleras y la orden presidencial de que la policía militar ocupe las calles, culminó hoy en Venezuela una jornada de paros convocados por los principales sindicatos en el país.
El primer día del conflicto laboral que mantiene paralizadas las actividades petrolera y educativa, concluyó con un parte de victoria por parte de los sindicatos, mientras el gobierno declaraba ilegales las huelgas.
El presidente de la junta sindical de la Federación de Empleados petroleros (Fedepetrol), Félix Jiménez, dijo que el paro por 48 horas se cumplió en 92% del país, luego de que la mayoría de los 66.000 trabajadores de esa industria acataran su llamado.
No obstante, denunció que unos 10 obreros resultaron heridos, luego de unos enfrentamientos entre protestantes y miembros de la policía militar (Guardia Nacional) ocurridos en varias plantas de los estados de Zulia (occidente) y Carabobo (norte).
Jiménez acusó a los voceros gubernamentales de romper el diálogo con los sindicatos y de estar "buscando permanentemente la confrontación".
"No somos provocadores", enfatizó el líder sindical, al negar una afirmación del ministro del Interior, Luis Miquilena, quien acusó a los empleados de romper unilateralmente las conversaciones.
Por su parte, el ministro de Defensa, José Vicente Rangel, dijo que la Guardia Nacional saldrá a las calles para enfrentar "delincuentes, narcotráfico y cualquier perturbación del orden público".
"Se pretende crear una situación absolutamente artificial que no se corresponde con la realidad al promover algunos actos que alteran el orden público", declaró Rangel.
Explicó que las tropas saldrán en una "actitud disuasiva", a fin de impedir manifestaciones no autorizadas y lo que denominó "actos ilegales", como el cierre de carreteras en las ciudades.
Tanto el gobierno como los trabajadores petroleros radicalizaron su posición, pues mientras el Ejecutivo insistió en calificar de "ilegal" el paro y se negó reiniciar el diálogo, los sindicatos mantuvieron su llamado al cese de actividades.
A su vez, unos 160.000 profesores y maestros de la educación pública dejaron a los estudiantes sin clases por una suspensión prevista por el resto de esta semana.
Se sumaron a estas manifestaciones de descontento los trabajadores de la empresa Siderúrgica del Orinoco, privatizada hace dos años, que llamaron a un nuevo paro de 48 horas, en reclamo de la firma de un nuevo contrato laboral.
Los voceros del gobierno han dicho que la presión sindical forma parte de una ola "desestabilizadora" que coincide con la campaña electoral para la renovación de las autoridades de la mayoría de los sindicatos venezolanos.
"No se trata de un hecho aislado, sino que se repite de repente. Cuatro, cinco, diez o veinte personas tratan de paralizar una avenida con el propósito de traer el caos a la ciudad, y por lo tanto el gobierno está dispuesto a que se tomen las medidas necesarias para que se establezca la paz en las ciudades", indicó Miquilena.
Sobre los paros en los colegios públicos, el ministro de Educación, Héctor Navarro, descalificó las razones de la Federación de Maestros de Venezuela para convocar al paro, al que catalagó como parte de una "ola desestabilizadora".
Los maestros y profesores acusan a Navarro de desconocer los convenios laborales firmados el año pasado, que se traducen en mejoras económicas.
"No hay ninguna razón para este paro que afecta a millones de niños y jóvenes. El paro es un fracaso", alegó el ministro.
A su turno, el vocero sindical de la educación, Jaime Manzo, afirmó que la mayoría de los 160.000 profesores del país acató el llamado y dijo que Navarro ignora los acuerdos laborales vigentes.
Algunos educadores salieron a las calles, paralizando el tránsito en distintas vías, tanto en Caracas como en otras ciudades, pero no hubo incidentes violentos.
Mientras, la población comenzó a reaccionar con preocupación ante una eventual escasez de gasolina y empezaron a verse las largas filas frente a los surtidores de combustible de algunas ciudades, aunque la empresa estatal Petróleos de Venezuela garantizó el normal suministro.