RAMALA, Cisjordania.- El líder palestino Yasser Arafat declaró el jueves que el levantamiento palestino continuará a pesar de los bombardeos israelíes, lanzados el día anterior en represalia y para que controle a sus subordinados, culpados de haber asesinado la semana pasada a tres niños israelíes.
El jueves murieron tres palestinos en enfrentamientos con soldados israelíes. Un policía de Arafat cayó en un combate cerca del asentamiento judío de Netzarim, en Gaza, mientras que un adolescente de 13 años y otro de 17 perecieron cuando apedreaban a las fuerzas del estado judío cerca del cruce de Erez, entre Israel y la Franja de Gaza. En esa escaramuza resultaron además heridos ocho adolescentes palestinos.
En Hebrón, los tanques israelíes cañonearon un barrio palestino después que varios francotiradores apostados en la zona dispararon contra los asentamientos judíos de esa dividida ciudad. Espesas columnas de humo se elevaron de dos casas alcanzadas por los proyectiles de los tanques.
En el ataque lanzado la noche del miércoles por helicópteros artillados israelíes quedaron destrozadas las ventanas de la villa de Arafat en Ciudad de Gaza. Sin embargo, el objetivo principal del ataque fue el cuartel general de la Fuerza 17, la guardia pretoriana de Arafat, tanto en la Franja de Gaza como en la aldea cisjordana de Ramala. Uno de los integrantes de Fuerza 17 murió y decenas resultaron heridos.
Desde fines de septiembre han muerto 446 personas víctimas de la violencia, incluyendo 365 palestinos, 62 judíos israelíes y 19 otras.
El bombardeo fue la primera operación militar de represalia ordenada por el primer ministro Ariel Sharon. Estados Unidos criticó implícitamente a Israel al indicar que no existe una solución militar para el conflicto palestino-israelí.
Horas antes Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía el envío de un destacamento observador de los cascos azules para proteger a la población palestina.