WASHINGTON.- El Presidente George Bush tuvo un abierto desacuerdo el jueves con el canciller alemán, Gerhard Schroeder, en torno a un tratado internacional sobre el calentamiento global, tras ser blanco de una ola de críticas por desechar el acuerdo.
En una conferencia de prensa tras una reunión en la Casa Blanca con Schroeder, Bush insistió en rechazar el protocolo de Kioto de 1997, que busca reducir las emisiones de gases vinculados al calentamiento global, que científicos dicen puede llevar a una catástrofe a la Tierra.
"La economía se ha desacelerado en nuestro país", dijo Bush. "También tenemos una crisis de energía. Y la idea de poner límites a emisiones de dióxido de carbono no tiene sentido económico para Estados Unidos".
Por su parte Schroeder destacó que "hubo mucho acuerdo" en la reunión, salvo en ese tema, clave en las relaciones de Estados Unidos y Europa.
"Estuvimos de acuerdo prácticamente en todo, excepto en una cosa que no es una sorpresa para ustedes: el protocolo de Kioto", dijo Schroeder, sentado al lado de Bush en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Bush había dicho antes del encuentro que trabajará con Alemania y otros aliados para elaborar un plan orientado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Bush hizo el anuncio tras un diluvio de protestas por su decisión, anunciada el miércoles, de desechar el tratado firmado en la ciudad japonesa de Kioto en 1997 durante una cumbre de las Naciones Unidas sobre medio ambiente.
"Estaremos trabajando con Alemania, estaremos trabajando con nuestros aliados para reducir los gases de efecto invernadero, pero no aceptaré nada que perjudique nuestra economía y a nuestros trabajadores", afirmó.
La Unión Europea reaccionó "sumamente preocupada" ante la decisión estadounidense de retirarse del protocolo de Kioto.
"Es sumamente preocupante, si es cierto que Estados Unidos pretende salirse del protocolo", dijo la comisaria europa para asuntos del Medio Ambiente, Margot Wallstrom, en un comunicado. "La UE está dispuesta a discutir detalles y problemas, pero no a desechar el protocolo en su totalidad".
El ministro británico de Medio Ambiente, Michael Meacher, dijo en una entrevista con la televisión de la BBC que la decisión estadounidense es extremadamente grave, ya que el calentamiento global "es el desafío más temible y peligroso de la humanidad a lo largo de los próximos 100 años".
En tanto Japón instó a Washington a reconsiderar su decisión y Australia recordó al más voraz consumidor de recursos del mundo que tiene la responsabilidad de reducir las emisiones globales de gases de invernadero.
En el Pacífico Sur, los estados insulares ya afectados por la devastación producida por los crecientes niveles de las aguas marinas y severas tempestades o sequías, dijeron que está en juego su misma supervivencia.
El pacto de la ONU fue suscrito por el ex presidente Bill Clinton y los líderes de otras naciones industrializadas, pero no ha sido ratificado por el Senado estadounidense.
En el acuerdo las principales potencias aceptaron recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero, que resultan más que todo del consumo de carbón y petróleo, en un promedio de 5,2 por ciento con relación a los niveles de 1990, para 2012.
Los científicos creen que los gases de invernadero, en especial el dióxido de carbono, atrapan el calor en la atmósfera y contribuyen al calentamiento global, que puede generar cambios climáticos desastrosos.