MÉXICO.- Los comandantes zapatistas emprendieron hoy el viaje de retorno a las montañas del sureste de México tras iniciar el diálogo con el Gobierno del presidente del país, Vicente Fox.
El autobús en el que viajan el "subcomandante Marcos" y los 23 comandantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) partió de la Escuela Nacional de Antropología (ENAH), su cuartel general en la capital mexicana durante veinte días, seguido de una caravana de nueve autocares y decenas de vehículos.
Cientos de personas se agolparon desde primeras horas de la mañana en los alrededores de la ENAH para despedir a la comandancia zapatista, que anoche recibió la visita de un grupo de mariachis para celebrar el éxito de la movilización.
Los 24 dirigentes del EZLN abandonaron por primera vez la Selva Lacandona el 24 de febrero en dirección a la Ciudad de México en demanda del reconocimiento constitucional de los derechos indígenas.
Seguidos de una comitiva de más de un centenar de vehículos, los zapatistas recorrieron más de 3.000 kilómetros y atravesaron doce estados del país para dar a conocer su mensaje, que fue asumido como propio por el Congreso Nacional Indígena (CNI), la organización que aglutina a la práctica totalidad de las 56 etnias de México.
Tras veinte días en la capital y un amago de regresar a la Selva por la "cerrazón" del Congreso, que inicialmente no se puso de acuerdo para permitir el uso de su tribuna a los enmascarados, los zapatistas regresaron a Chiapas con la bolsa llena.
Consiguieron uno de sus objetivos al subir a la tribuna del Parlamento para exponer sus reivindicaciones y explicar a sus señorías la situación en que viven más de diez millones de indígenas en México.
Por primera vez en la historia, cientos de indígenas entraron por la puerta grande al Congreso federal, que se convirtió por un día en un auténtico foro de debate sobre los pueblos indios.
Desde la tribuna, anunciaron el inicio del diálogo y reconocieron la voluntad de paz del presidente Vicente Fox, quien, en palabras del escritor Carlos Fuentes, "apostó y ganó" en este complejo proceso que demostró las graves discrepancias que existen entre el Gobierno y su partido, Acción Nacional (PAN).
Apenas unas horas después de que los comandantes del EZLN abandonaran la Cámara comenzaron los contactos entre el enlace zapatista, Fernando Yáñez, y el Comisionado gubernamental para la Paz en Chiapas, Luis Héctor Alvarez, para fijar una agenda mínima de diálogo.
Paralelamente, el EZLN comenzó las conversaciones con los legisladores, que tienen en sus manos la reforma constitucional para permitir reconocer por ley los derechos de las comunidades indígenas.
Por el momento, ni el Gobierno ni los zapatistas quieren hablar de "vencedores y vencidos", aunque para la mayoría de los analistas mexicanos parece claro que los grandes perdedores de este proceso son los líderes del llamado "sector duro" del PAN.
Dirigentes del PAN como Diego Fernández de Cevallos primero atacaron al presidente por su "acercamiento" al EZLN, se opusieron frontalmente a la presencia de los encapuchados en la tribuna y al final tuvieron que rectificar y respaldar al gobernante de la nación.
Pese al optimismo que comparten Fox y los zapatistas sobre la proximidad de una paz para Chiapas, aún queda un largo camino para que la principal demanda de la guerrilla, la aprobación de una ley sobre derechos y cultura indígena, se apruebe en el Congreso.
Las otras dos exigencias del EZLN, la liberación de los presos zapatistas y el desmantelamiento de siete bases militares en la zona de conflicto de Chiapas, han sido ya prácticamente cumplidas por el Gobierno de Fox.