LONDRES.- La matanza en gran escala de ganado por parte del ejército, y el cambio de política que permite enterrar los restos de vacas jóvenes, dieron el domingo un hálito de esperanza a la lucha que libra Gran Bretaña contra la fiebre aftosa.
Pero el número de casos continuó elevándose y sobrepasó los 890 el domingo. En el condado sudoccidental de Cornwall, que parecía estar libre de la enfermedad durante cuatro semanas, se confirmó un nuevo caso.
El ministro de Agricultura, Nick Brown, insistió otra vez en que la enfermedad altamente contagiosa estaba "indudablemente bajo control".
Pero la gravedad de la crisis causó, según informes, que el Primer Ministro, Tony Blair, pospusiera una elección general que parecía haber sido programada para el 3 de mayo, aunque nunca fue confirmada. Blair no emitió declaraciones el domingo, a pesar de informes de prensa de que ahora esperará hasta junio para las elecciones.
El brigadier Alex Birtwistle dijo que la nueva orden, de permitir que se entierren los restos de reses menores de 5 años en vez de incinerarlos, ayudará a acelerar el desecho de miles de cadáveres, algunos de los cuales han permanecido tres semanas en las granjas.
Birtwistle, líder del ejército a cargo de las matanzas y los entierros en Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, dijo a BBC-TV que unas 120.000 ovejas han sido enterradas en un campo aéreo, y que otros 10.000 animales serán sacrificados en el área.
Agregó que espera reducir el lapso entre la matanza y el desecho de los restos a menos de 24 horas en unos días.
Se había prohibido enterrar los cadáveres por temor a que la tierra fuese contaminada como la crisis del mal de la vaca loca.
Brown dijo que no hay riesgo de infectar los pozos de agua ni el terreno circundante con el cambio de política que permite enterrar al ganado.
La fiebre aftosa no se contagia fácilmente a seres humanos pero es sumamente contagiosa entre animales de pezuña como ganado, puercos y ovejas.