LIMA.- El candidato presidencial Alan García dijo el jueves que si triunfa en la segunda vuelta electoral, a efectuarse en una fecha por determinar, su gobierno respetará escrupulosamente los contratos de inversionistas nacionales y extranjeros con el estado peruano.
Indicó que si vuelve al poder, "habrá estabilidad monetaria, equilibrio fiscal y, lo que es más importante, una convocatoria permanente a quienes puedan seguir participando en las privatizaciones con las que se debe obtener recursos y generar mejor tecnología para el país.
"Los industriales, los inversionistas nacionales y los extranjeros ya establecidos en el Perú, pueden esperar de mi gobierno absoluta fiabilidad de que sus contratos con el Estado serán respetados escrupulosamente", añadió.
En la segunda vuelta, García, del socialdemócrata Partido Aprista Peruano, debe competir con el centrista Alejandro Toledo.
Según se informó oficialmente el jueves, con el 97,81% de votos escrutados, Toledo se mantenía en el primer lugar con 36,54% y García con 25,79%.
García, durante cuyo gobierno se disparó la inflación, la lucha terrorista del comunista Sendero Luminoso y las protestas laborales, ofreció una conferencia de prensa en el Instituto Libertad y Democracia (ILD), cuyo presidente es el economista Hernando de Soto.
Toledo se encontraba en la República Dominicana adonde viajó con su esposa.
El candidato socialdemócrata dijo que "el país sabe que tengo experiencia y que yo puedo hacer un gobierno de concertación nacional, de tranquilidad y estabilidad, que estoy seguro otras fuerzas políticas tendrían más dificultad en hacer".
Agregó que "todo lo que se pueda hacer para que los peruanos más capaces participen en este momento difícil, lo haré desde el gobierno, concertando con todas las fuerzas políticas".
García habló con los periodistas después de una teleconferencia con el Deutsche Bank y, según dijo, un importante número de inversionistas en Londres y diferentes ciudades de Europa, a quienes explicó los lineamientos básicos de su plan de gobierno.
García, que gobernó Perú de 1985 a 1990, cuando la inflación superó el 7.000% anual, propuso "un programa de justicia social, de reactivación económica y generación de empleo dentro, obviamente, de los lineamientos de equilibrio fiscal, de una política presupuestal sana y de respeto a los contratos de los inversionistas y a las obligaciones internacionales del país".