GINEBRA.- Mary Robinson, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, condenó el elevado número de masacres y otros abusos cometidos por los rebeldes izquierdistas y los paramilitares de derecha contra los civiles en Colombia.
En un informe oral a la Comisión, que realiza su sesión anual de seis semanas en Ginebra, Suiza, Robinson pidió al gobierno colombiano que haga frente a los "alarmantes" vínculos entre los paramilitares y los miembros de las fuerzas de seguridad del estado.
Gustavo Bell, vicepresidente de Colombia, se dirigió al foro de 53 miembros y dijo que el conflicto en su país es "complejo" y requiere la "comprensión" de la comunidad internacional. Colombia, miembro de la Comisión, está atrapada en un conflicto civil que ya dura 37 años, en el que murieron casi 40.000 personas sólo en la pasada década.
En este conflicto se enfrentan las guerrillas de izquierda, los paramilitares de derecha y el ejército. Robinson, abogada y ex presidenta de Irlanda, denunció las masacres del fin de semana, de las que se acusa a guerrilleros y paramilitares y que ella considera han revelado "el deterioro de los derechos humanos y la situación de la ley humanitaria internacional en Colombia".
También reconoció los esfuerzos del gobierno colombiano de lograr una solución política al conflicto y el "fuerte compromiso con la paz" bajo el gobierno de Andrés Pastrana. La oficina de Robinson en Colombia ofrece consejo legal y ayuda técnica, en la que se incluye el entrenamiento de fiscales e investigadores.
"Informes de Alto de Naya en el sur de Colombia indican que al menos 37 civiles fueron masacrados por fuerzas paramilitares y aproximadamente 400 familias fueron desplazadas", dijo Robinson. "Además, se reportó el asesinato de 12 personas por las guerrillas de las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) en La Caucana, en el departamento of Antioquia", añadió.
El lunes, las autoridades dijeron en Bogotá que las guerrillas izquierdistas habían asaltado el pueblo, controlado por paramilitares de extrema derecha, y acusaron a los pobladores de colaborar con estos. "Estoy profundamente preocupada por el incremento y la expansión del fenómeno del militarismo y el creciente apoyo que está recibiendo dentro de ciertos sectores de la sociedad civil colombiana", afirmó Robinson.
"Una vez más insto enérgicamente al gobierno a enfrentar este problema de una manera firme y transparente, de modo que los miembros de las fuerzas de seguridad y otros empleados públicos que respaldan o financian las actividades paramilitares no lo hagan con impunidad", agregó.
