BEIJING.- Después de un desastroso comienzo, las conversaciones entre China y Estados Unidos acerca de la disputa sobre el avión espía terminaron este jueves en forma positiva, con un acuerdo para seguir manteniendo nuevos contactos.
El jefe negociador estadounidense dijo que China finalmente había permitido la discusión demandada por Washington para el retorno de su avión de reconocimiento EP-3, valorado en 80 millones de dólares, que permanece en la isla de Hainán desde que aterrizó de emergencia el 1 de abril, tras chocar con un avión caza chino.
El rechazo inicial de Beijing a discutir el tema casi provocó el fracaso de las negociaciones el primer día de conversaciones el miércoles.
"Cubrimos todos los puntos de la agenda y encontramos que la sesión de hoy fue muy productiva", dijo el subsecretario para la Política de Defensa, Peter Verga, a periodistas después de una reunión de dos horas en la cancillería china.
El avance se produjo después de una visita del embajador estadounidense Joseph Prueher, al canciller chino, acompañado del general Neal Sealock. Pero no fue claro qué progresos se habían hecho para decidir el destino del avión espía.
La portavoz de la cancillería china, Zhang Qiyue, dijo que habría una segunda ronda de negociaciones. "Ambas partes han acordado continuar negociando y mantenerse en contacto a través de los canales diplomáticos", dijo la portavoz en conferencia de prensa.
Conversaciones marcan el tono
Washington quiere una rápida devolución de su avión, mientras que China exige el final de vuelos espías estadounidenses cerca de sus costas, lo que es considerado como una afronta a su soberanía.
Beijing también quiere que Estados Unidos admita la responsabilidad por el choque que causó la muerte del piloto del avión chino, Wang Wei, quien logró eyectarse mientras la aeronave se desplomaba en el Mar del Sur de China. Wang es considerado ahora en China como un "mártir revolucionario" y "protector del cielo y el mar".
Después de las conversaciones del miércoles, los funcionarios estadounidenses dijeron que no se podría seguir avanzando si China no acordaba discutir la devolución del avión.
Una ruptura de las negociaciones habría significado una bofetada seria a las relaciones entre ambas potencias.
Las delicadas conversaciones establecerían el tono de las futuras relaciones chino-estadounidenses bajo el gobierno republicano del Presidente George W. Bush, según analistas.