LONDRES.- El ministerio de Salud británico informó que se están realizando exámenes para establecer si una persona asignada a las tareas de sacrificio de bovinos en la región de Cumbria se infectó con el virus de la aftosa.
Los analistas prevén que si se confirma la infección esto dará por tierra con los esfuerzos del Premier Tony Blair de convencer a los turistas, sobre todo estadounidenses, a no darle la espalda a Gran Bretaña.
Si bien es raro, no es imposible que la aftosa afecte al hombre.
Durante la epidemia de 1967 hubo un caso que afectó a un representante de maquinaria agrícola que recorría las granjas.
Este nuevo signo de preocupación se suma al alerta difundida por el propio Ministerio de Medio Ambiente sobre el esparcimiento de 63 gramos de dioxina por la incineración de miles de animales sacrificados en las primeras seis semanas, un poco menos a los 88 gramos al año que expelen las industrias más peligrosas de Gran Bretaña.
Este dato fue comentado con preocupación por asociaciones ambientalistas y el científico Jim Bridget, profesor de toxicología de la Universidad de Surrey, quien recordó que la dioxina provoca cáncer, daña el sistema inmunitario y causa malformaciones fetales.
El subsecretario de Medio Ambiente, Michael Meacher, admitió que la dioxina expelida por las piras puede representar un peligro para la salud humana.
El ministro de Agricultura, Nick Brown, dijo hoy que la media diaria de nuevos focos de aftosa es de 16 contra 43 de hace dos semanas y que la totalidad de focos registrados es de 1.440.