MOSCU.- Una moscovita esperó más de siete años para dar parte del fallecimiento de su madre, a la que guardó todo ese tiempo bajo un colchón en su exiguo apartamento, anunció este jueves el diario Moskovski Komsomolets.
Cuando la anciana expiró, en 1993, su hija Liubov Sozinova que vivía con ella sin comunicarse apenas con la vecindad no avisó a nadie, pues carecían de familiares, y conservó el cadáver en casa, preocupada únicamente de airear al máximo la vivienda para no incomodar a los habitantes del entorno.
Tras este velatorio particularmente prolongado, la moscovita, que tiene 54 años, pidió consejo a los vecinos para resolver su macabro secreto.
Incrédulos, éstos comunicaron a la policía el descubrimiento.
El cadáver momificado, una bola de huesos y harapos ennegrecidos, estaba envuelto en celofán y yacía en el catre, bajo un colchón.
Según el diario, la difunta era el ser más querido de su hija, que padecía depresiones.