WASHINGTON.- El Departamento de Defensa dijo el miércoles que los contactos militares futuros con China están bajo revisión, retirando una directiva previa de suspender esos contactos.
El contralmirante Craig Quigley, hablando a nombre del secretario de Defensa Donald H. Rumsfeld, indicó a reporteros que un colaborador de éste escribió un memorándum "malinterpretando las intenciones del secretario" al declarar la suspensión de los contactos militares directos.
"Su intención real era que todos los elementos del programa fuesen revisados y aprobados sobre elementos individuales por el Departamento de Defensa", aclaró Quigley varias horas después de que el contenido del memorándum llegó a manos de la prensa.
Quigley declinó decir quién escribió el memo. Dijo que Rumsfeld no lo había visto antes de que fuese enviado a los secretarios de los servicios militares, la oficina del Estado Mayor Conjunto y altos funcionarios civiles del Pentágono.
El memo decía que Rumsfeld estaba ordenando "la suspensión de todos los programas, contactos y actividades del Departamento de Defensa con la República Popular China hasta nuevo aviso".
Varios funcionarios dijeron a la prensa que la orden entró en vigor el lunes, el día que fue distribuida en el Pentágono.
Más tarde, Quigley dijo que se enviaría una versión corregida para dejar en claro que los contactos no estaban suspendidos.
La medida se produce en medio de los esfuerzos estadounidenses por recuperar el avión de reconocimiento de la Armada que se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en la isla de Hainán hace un mes tras una colisión con un avión chino de combate.
Un equipo de especialistas civiles subió a bordo del avión este miércoles para comenzar a determinar lo que hay que hacer para traer el avión de regreso a Estados Unidos.
La revisión de contactos es el último en una serie de altibajos entre las fuerzas armadas de ambos países.
El Pentágono rompió los lazos con las fuerzas armadas chinas luego de la sangrienta represión militar contra manifestantes pro democracia en la plaza Tiannanmen en 1989.
Esos contactos apenas habían vuelto a reanudarse cuando fueron suspendidos de nuevo, luego que China efectuó pruebas con misiles frente a las costas de Taiwán.
A su vez, Beijing rompió los contactos a inicios de 1999, después que aviones estadounidenses bombardearon la embajada china en Belgrado durante la campaña militar de la OTAN contra el gobierno de Slobodan Milosevic. Las autoridades chinas nunca aceptaron la explicación norteamericana de que se trató de un accidente, y no reanudaron las relaciones durante varios meses.
Apenas el mes pasado, poco antes de la colisión aérea, Quigley defendió el programa de contactos militares bilaterales, diciendo que ayudan a las partes a entenderse mutuamente.
Críticos del programa afirman que todos los esfuerzos en busca de fortalecer los nexos con altos oficiales chinos no han ayudado para nada a la hora de evitar los roces diplomáticos.