WASHINGTON.- La salida de Estados Unidos de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha enfurecido a los legisladores estadounidenses, y algunos han exigido que se retenga 650 millones de dólares en pagos a la ONU.
"Esta decisión es absurda", dijo el viernes el republicano Dick Armey, líder mayoritario de la Cámara de Representantes. "Lo que han hecho es expulsar a la más antigua democracia del mundo y poner en su lugar a Sudán, un país con la peor trayectoria de derechos humanos".
Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca, calificó la salida de Estados Unidos como una "contrariedad", pero dijo que "eso no impedirá a este Presidente ni a este país pronunciarse firmemente en cuestiones de derechos humanos".
La comisión como tal ha perdido prestigio, indicó Fleischer, y "no podrá ser percibida como la más importante defensora de los derechos humanos en el mundo", dada la inclusión de Sudán y Libia, dos naciones que la comisión ha acusado de cometer violaciones de los derechos humanos, y la exclusión de Estados Unidos.
La Cámara de Representantes votará la próxima semana sobre la autorización de una partida de 8.200 millones de dólares al Departamento de Estado, la cual incluiría 582 millones en pagos devengados a las Naciones Unidas, un tema sumamente debatido en el Congreso. La ley también incluye el pago de 67 millones de dólares para que Estados Unidos se reincorpore a la UNESCO después de 17 años de haberse retirado, expresando su alarma por la polarización política y la mala administración.
"Creo que habrá una severa reacción en el Congreso", destacó Gilman. Además de reducir los aportes a la ONU, agregó, "alguien me dijo anoche en la Cámara de Representantes para retener la ayuda a los países que votaron en contra nuestra".
Estados Unidos había mantenido un sitio en la comisión de derechos humanos desde su creación en la década del 40. Perdió su sitio el jueves mediante una votación secreta, en la cual Francia, Suecia y Austria fueron elegidos como los tres miembros del hemisferio occidental.