LONDRES.- Las circunstancias del regreso del ladrón del tren postal de Glasgow Ronnie Biggs tras 35 años huyendo, desataron hoy fuertes críticas en Gran Bretaña.
La oposición conservadora acusó al Partido Laborista del Primer Ministro Tony Blair de querer desviar la atención, con la detención del legendario delincuente, de su fracaso en la lucha contra el crimen.
"¿No será esto un gigantesco truco de campaña electoral?", preguntó Gerald Howarth, uno de los políticos conservadores líderes. Es una "extraña casualidad" que Biggs haya llegado justo un día antes del anuncio de la fecha de la votación para la Cámara baja, añadió.
Biggs, quien en 1963 asaltó un tren postal con al menos 14 cómplices y se alzó con un botín millonario, pasó hoy su primer día completo tras las rejas en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, en el suroeste de Londres.
En el ala de enfermería, Biggs, de 71 años, que sufrió tres derrames cerebrales, está recibiendo la atención médica que en su exilio en Brasil ya no podía pagar, mientras espera que se reabra su caso ante el tribunal de apelaciones.
También desde las filas del gobierno se oyeron críticas. El legislador laborista Paul Flynn dijo: "Comparto el disgusto de la gente por este tema. Como consecuencia de este delito murió un maquinista. Y Biggs, quien llevó una vida rodeado de lujos, ahora es celebrado como un héroe".
Lo que más enojo causó fue el hecho de que el ministro del Exterior Robin Cook solicitara a la embajada británica en Rio de Janeiro que acelerara los trámites para confeccionar un pasaporte a Biggs.
Una parte de la prensa presume que detrás de este hecho se esconde un arreglo entre el gobierno y el editor del diario sensacionalista "The Sun", Rupert Murdoch, quien visitó la semana pasada Downing Street.
A cambio del apoyo del "Sun" a la campaña electoral de Tony Blair, Cook ayudó al periódico en el caso Biggs. El regreso del que fuera hace años el hombre más buscado de Gran Bretaña fue organizado por ese diario sensacionalista.
El consejo de prensa británico analizará si el periódico pagó al ex jefe de la banda de ladrones, Bruce Reynolds, y a su hijo Nick unos 20.000 dólares para que acompañaran a Biggs en el viaje de regreso.
Al mismo Biggs el diario lo habría convencido de volver a su patria con unos 500.000 dólares, aseguró su abogado desde hace años Wellington Mousinho. En la prensa británica, en cambio, se hablaba de entre 30.000 y 150.000 dólares para la familia de Biggs.
En tanto, los diarios británicos reclamaban hoy en su mayoría que se proceda con dureza contra Biggs. Muchos hablaban de una ''farsa'' o de un "circo". "The Mirror" acusó a Biggs de querer aprovecharse del sistema de salud estatal.
El "Daily Mail", de tendencia anti-europea, informó que el equipo de abogados del anciano ladrón quiere lograr la liberación de Biggs con ayuda de la convención europea de derechos humanos.
Aparentemente, los abogados argumentan que la condena de 30 años dictada contra Biggs en 1964 fue demasiado elevada. También diarios cercanos al laborismo como el "Independent" criticaron al gobierno por su colaboración con Biggs y el "Sun".