CARACAS.- El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió el miércoles que una revolución armada sería "la única salida" si fracasa el proceso de cambios pacíficos que impulsa para combatir la pobreza en el país sudamericano.
Chávez, un ex comandante de paracaidistas que ganó abrumadoramente las elecciones presidenciales en diciembre de 1998, tras liderar un fallido golpe de Estado seis años antes, capitalizó el descontento de la mayoría del país con la promesa de acabar con la desigualdad social.
Sin embargo, después de dos años de gobierno, en los que ha intentado una "revolución pacífica" económica y social, los índices económicos y de desempleo no muestran las mejoras previstas.
"Aquí, en Venezuela, después de todo lo que ha ocurrido, estamos haciendo un esfuerzo sobrehumano para hacer una revolución sin las armas, pero está bastante difícil --bastante difícil--, pero no imposible", dijo Chávez en un discurso ante agricultores y empresarios.
"Estoy convencido que si por alguna razón este intento de hacer una revolución sin las armas fracasara, lo que vendría luego sería una revolución con las armas, porque es la única salida que tenemos los venezolanos", agregó en una parte de su discurso divulgado por la emisora Unión Radio.
Durante un acto, en la ciudad central de Maracay, Chávez insistió en que las dos formas de hacer una revolución es "con las armas o sin las armas".
"Una revolución significa transformar a fondo la realidad social, lo cual significa acabar con las odiosas diferencias entre un grupito que todo lo tiene, de ricos y ricachones, y un pueblo glorioso lleno de miseria, de hambre y de pobreza", dijo.
El Mandatario ha sido acusado por críticos de querer instaurar en el país un sistema social como el de Cuba, que tiene un gobierno comunista.
La pobreza afecta a alrededor del 80 por ciento de los 24 millones de venezolanos, según cifras oficiales citadas frecuentemente por Chávez.
El desempleo ronda 14 por ciento, un incremento desde el 12 por ciento en que cerró en 2000.
"Esto hay que acabarlo aquí. Esto, o lo hacemos nosotros por las buenas (...) o lo hará algún día una ola que arrasará con mucha gente. Dios no quiera", dijo el gobernante.
Chávez lanzó su advertencia cuando el país está inmerso en una polémica sobre la posibilidad de que el mandatario declare estado de excepción, una facultad constitucional que le permitiría al Ejecutivo gobernar por decreto.
"Nunca dije que iba a decretar un estado de excepción", dijo en un discurso previo, al argumentar que esa versión obedece a una campaña en su contra.
Ministros del gabinete han tratado de mermar la especulación, surgida cuando el jurista Hermann Escarrá dijo que Chávez le pidió un estudio sobre el estado de excepción, con el argumento de que el gobierno tiene que estudiar todo tipo de situaciones.