NUEVA YORK.- Para consolidar su poder en Moscú, el Presidente ruso Vladimir Putin aplica hoy día tácticas similares a las que utilizaron los jefes soviéticas, pero si no logra mejorar la economía del país se arriesga a perder su respaldo popular, según especialistas en asuntos rusos.
Casi dos años después de que sucedió en el Kremlin a Boris Yeltsin, Putin ha fortalecido la presidencia, en tanto que los poderes legislativo y judicial continúan debilitándose, según los expertos.
"Creo que lo que impulsa a Putin es el deseo de mantenerse en el poder", dijo el profesor auxiliar de la Universidad de Columbia, Steven Solnik, en una conferencia reciente coauspiciada por The Associated Press y el Instituto Harriman, un centro académico dedicado al estudio de Rusia y del extinto imperio soviético.
Putin, que fue agente de la policía secreta soviética (KGB), asumió la presidencia rusa como candidato de transacción y se ha dedicado a consolidar su poder y a crearse una base de respaldo popular, dijo Solnick.
"Putin se las ha arreglado para consolidar su poder sin comprometerse en un sentido u otro acerca de lo que se propone hacer una vez que haya logrado consolidar ese poder. Y eso es peligroso", agregó el profesor, que coordina los estudios rusos del Instituto Harriman. "Pienso que es más peligroso para los rusos que para nosotros, pero de todas formas es peligroso y difícil de analizar".
Michael McFaul, director de la sección de Política Nacional Rusa en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, se manifestó de acuerdo y dijo que el objetivo de Putin "es ciertamente la concentración de poder político. Pero ¿para hacer qué? No lo sabemos todavía".
Desde que asumió la presidencia, Putin ha tratado de cambiar las reglas del juego, socavando "las instituciones democráticas formales, débiles e inestables que habían sido instaladas" por Yeltsin, dijo McFaul.
Las instituciones básicas de la constitución rusa "no se han fortalecido bajo Putin, sino que más bien se han debilitado", agregó McFaul, que es también profesor auxiliar de la Universidad de Stanford.
Emil Pain, que se desempeñó durante un tiempo como consejero de Yeltsin, dijo que Putin ha concentrado el poder en las manos del Presidente y de su gobierno.
"Ahora se hace cada vez más evidente que los elementos liberales del gobierno ruso desempeñan un papel más bien decorativo", agregó.
La profesora Kim Zisk, de Barnard College, que se especializa en asuntos militares rusos, dijo que Putin trata de modificar "el control de la política de defensa que ha surgido en los últimos diez años" y recientemente nombró a un ex colega de la KGB, Sergei Ivanov, para el Ministerio de Defensa.
Ivanov ha prometido seguir adelante con un plan de reformas que ha suscitado firme resistencia de los altos mandos militares. Ha confirmado los planes anunciado de reducir una tercera parte de las fuerzas militares en los próximos tres años, y aplicar cambios radicales a su estructura.
"Creo que es demasiado pronto para saber si eso va a dar resultado..." dijo Zisk. "Pero yo diría de todos modos que no hay indicios evidentes del surgimiento de una transición democrática. De hecho, lo que podría ocurrir es que se reimponga un control civil de estilo soviético sobre la institución militar".
En cambio, un ex embajador norteamericano en Moscú, Jack Matlock, admitióv que Rusia no avanza necesariamente hacia una sociedad similar a la de Estados Unidos, pero opinó que "la transición que tiene lugar al presente lleva una dirección inequívocamente dmocrática".
¿Qué podría socavar el poder de Putin?
Un revés económico, por ejemplo, dijo McFaul.
En el momento mismo en que le ocurra algo negativo a la economía o en que Putin intente aplicar reformas económicas radicales, su 70 por ciento de respaldo popular quedará en peligro, agregó.