VICTORIA.- La coalición PNV-EA (Partido Nacionalista Vasco y Eusko Alkartasuna) ganó las elecciones autonómicas del domingo en el País Vasco, según los resultados finales oficiales anunciados por el gobierno local.
De acuerdo con estos resultados, en los que aún no se había incluido el recuento de cinco mesas de votación y de los votos procedentes del extranjero, el PNV-EA obtuvo 32 escaños en el Parlamento local.
El Partido Popular (PP) logró 19 escaños, mientras que el Partido Socialista Español (PSE) tendrá 14 representantes en la legislatura, anunció el consejero del Interior del gobierno vasco, Javier Balza.
Por su parte, Euskal Herritarrok (EH) obtuvo siete escaños, e Izquierda Unida tres, según los resultados finales oficiales.
La participación ascendió al 79,8 por ciento del electorado, un nivel histórico en las elecciones autonómicas vascas.
Una alianza entre el PP y el PSOE superaría en votos a la coalición nacionalista del PNV-EA en un escaño, pero se quedaría por debajo de los 38 representantes necesarios para tener mayoría en el Parlamento de Vitoria.
Cerca de 1,8 millones de vascos estaban inscritos para votar en los comicios.
La normalidad reinó durante la jornada electoral en el País Vasco, con excepción de algunos incidentes menores en centros electorales, sofocados por las autoridades locales.
Cada provincia vasca elige 25 de los 75 escaños de la cámara de Vitoria.
Durante toda la campaña electoral, el País Vasco se había visto prácticamente libre de violencia, aparte del asesinato del senador y presidente del Partido Popular en Aragón, Manuel Giménez Abad, quien fue asesinado en Zaragoza el 6 de mayo.
El grupo nacionalista ETA (Patria Vasca y Libertad) no se ha atribuido la responsabilidad de los ataques más recientes, pero ha reivindicado 29 asesinatos durante los 16 meses transcurridos desde que puso fin unilateralmente a una tregua.
Las autoridades electorales informaron el sábado que 82.000 personas --más del doble que en los pasados comicios-- habían votado por correo, un signo de que los votantes temían que se desataran actos de violencia durante las elecciones.