ORAOVICA, Yugoslavia.- Respaldados por tanques, unidades del ejército y la policía serbios chocaron este martes con rebeldes albaneses en combates casa por casa, en una ofensiva destinada a retomar el control de un pueblo controlado por los insurgentes.
Un vocero rebelde que se autotitula comandante Profi dijo que cinco de los guerrilleros murieron desde el lunes en Oraovica, muy cerca de una convulsionada zona de amortiguación entre Kosovo y el resto de Serbia.
En una conversación telefónica, el vocero dijo que las posiciones rebeldes no habían cambiado desde el lunes. Pero los periodistas en el lugar vieron varias casas de los rebeldes destruidas en las que habían abandonado fusiles, municiones y uniformes ensangrentados, lo que indica avances de las fuerzas serbias.
El martes se produjeron intensos tiroteos de ametralladora en el pueblo, a un kilómetro al norte de Presevo, mientras las tropas del gobierno penetraban lentamente en Oraovica hacia el sector todavía en poder de los rebeldes. Un tanque serbio disparó contra una casamata lejana e hizo saltar varias bolsas de arena.
Por lo menos un policía serbio resultó herido en las batallas callejeras. Varias casas resultaron destruidas y miles de civiles, en su mayoría de Oraovica, huyeron a la cercana Presevo.
Los tiroteos amainaron poco antes del mediodía, y las fuerzas del gobierno impusieron un plazo de la 1 de la tarde (11.00 GMT) para que los insurgentes salgan del pueblo, diciendo que las tropas yugoslavas y serbias no dispararían hasta esa hora. La oficina de prensa del gobierno dijo que los guerrilleros que se rindan recibirán amnistía y no serán juzgados.
Pero pasado el plazo se mantenía el cese de fuego. Fuentes de la policía dijeron que era para dar tiempo a una posible mediación internacional con los rebeldes. Los enfrentamientos, que empezaron el sábado y se intensificaron el domingo, fueron los más violentos en varias semanas en el sur de Serbia.