BUENOS AIRES.- Con la casi total paralización del servicio público de transporte, las dos centrales sindicales disidentes concretaron el viernes una huelga nacional de 24 horas contra el modelo económico neoliberal implementado por el gobierno del presidente Fernando De la Rúa.
Si bien la jornada fue mayoritariamente tranquila, se registraron algunos hechos aislados de violencia, con agresiones a algunos autobuses que salieron a las calles conducidos por sus propietarios, cortes de puentes y rutas en distintas ciudades de todo el país.
Cuatro personas sospechosas de provocar disturbios fueron detenidas, dijo el Gobierno.
La huelga, la quinta que debe afrontar De la Rúa en casi 18 meses en el poder, fue impulsada por la Confederación General del Trabajo (CGT) "rebelde" y la izquierdista Central de los Trabajadores (CTA). No adhirió, en cambio, la CGT "dialoguista", que esta semana se reunió con De la Rúa para intentar acordar un pacto social.
El Gobierno estimó en un 20% el acatamiento al paro y dijo que únicamente en el transporte de pasajeros fue total. Fuentes sindicales expresaron que el paro se cumplió "con total acatamiento" en todo el país, aunque no arriesgaron un porcentaje.
La economía argentina permanece estancada desde 1998, con más de cuatro millones de personas sin trabajo y cerca de 15 millones de pobres, de un total de casi 37 millones de argentinos.
El Gobierno ha concentrado su atención en bajar el abultado déficit fiscal y desde hace algunas semanas ha implementado un conjunto de planes de competitividad que buscan reactivar algunos sectores de la economía, entre ellos el de bienes de capital, indumentaria y automotores.
En un breve mensaje emitido por la cadena nacional de radio y televisión, De la Rúa fustigó la medida de fuerza y dijo que está terminando un diálogo con todos los sectores políticos, sindicales, empresarios y religiosos para consensuar políticas.
"Este vicio de parar al país que tiene un sector del sindicalismo sólo sirve para generar problemas a todos los argentinos y las pérdidas que estos paros originan las pagamos todos a partir del lunes", expresó.
Desde el sindicalismo, en cambio, reivindicaron la medida de fuerza.
"Es hora de empezar a pensar por qué con las políticas del Gobierno hay una voz tan fuerte a nivel nacional, de gran dimensión que grita 'Basta de Esto' y exige una propuesta alternativa", expresó Víctor De Gennaro, líder de la CTA.
El paro afectó fundamentalmente al servicio del transporte automotor de pasajeros y de carga, a los maestros y profesores, al personal del Poder Judicial y a sectores de la administración pública.
El sindicato de camioneros adhirió a la huelga, por lo que no hubo anoche recolección de basura en esta capital y en los municipios vecinos.
En cambio, funcionan con relativa normalidad los ferrocarriles y subterráneos, los bancos y el comercio.
La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, dijo que denunciará a la CGT "rebelde" de Hugo Moyano y a la CTA de De Gennaro ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"Las denunciaré por violación total a los principios de democracia sindical, por convocar a un paro general sin consultar a sus afiliados", dijo Bullrich.
El paro se realiza también en reclamo por la situación de Aerolíneas Argentinas, actualmente al borde de la quiebra, a causa de un conflicto no resuelto entre su personal y el consorcio estatal español dueño del 75% de esa empresa, privatizada en 1990.
Decenas de manifestantes protestaron al frente del edificio de Iberia, en esta capital, y de otras compañías de capitales españoles, en donde prepararon ollas populares para repudiar la crítica situación de Aerolíneas.