LONDRES.- El Primer Ministro británico, el laborista Tony Blair, anunció hoy el Gobierno de su segundo mandato: muchas de las caras ya son conocidas, pero aparecen en cargos distintos, para reflejar que en esta legislatura las ambiciones son diferentes.
Fiel a su promesa de escuchar a los electores y de reconocer "lo mucho que se ha hecho, lo mucho que aún queda por hacer", Blair no ha tardado en ponerse manos a la obra y nombrar, a las pocas horas de su reelección, un Gobierno con más cambios de los esperados.
Aunque algunos de los departamentos claves presentan las mismas caras -repite Gordon Brown en Economía, y Alan Milburn en Sanidad-, la gran sorpresa es el cambio en Asuntos Exteriores, donde Robin Cook deja paso al antaño ministro del Interior, Jack Straw, el hombre al que le tocó lidiar con el "Caso Pinochet".
Estos tres Ministerios tendrán que llevar el timón de las prioridades establecidas por Blair para esta legislatura: la mejora de los servicios públicos -muy en especial la sanidad, la educación y el transporte-, así como la reforma del Estado de Bienestar y -por supuesto- el prometido referéndum sobre la adopción del euro.
Al frente de Interior queda David Blunkett, hasta ahora titular de Educación.
Si en ese Ministerio su gestión no ha sido para tirar cohetes -se le recuerda más por el hecho de que es ciego que por sus iniciativas-, se le considera un hombre leal y ambicioso, que tendrá que hacerse cargo de una de las medidas "estrella" del nuevo Ejecutivo, la reforma del sistema de justicia penal.
Al frente de Educación quedará una de las caras nuevas del Ejecutivo, Estelle Morris, hasta ahora secretaria de Estado para las Escuelas.
Otra de las "patatas calientes" de la nueva legislatura, el departamento de Transportes, le corresponde al tecnócrata Stephen Byers, quien ocupaba la cartera de Comercio e Industria y será sustituido en ese puesto por su segunda, Patricia Hewitt, quien también será responsable de Asuntos de la Mujer.
La tercera representante femenina en el nuevo Gobierno, Tessa Jowell, sustituye en Cultura a Chris Smith, quien abandona el Ejecutivo.
El viceprimer ministro, John Prescott -el hombre que saltó a la fama internacional cuando derribó de un puñetazo a un manifestante que le había tirado un huevo durante la campaña electoral- mantiene este cargo y además pasa a ocupar el Ministerio para el Gabinete en sustitución de Mo Mowlam, que abandona la política.
Cae también en desgracia el hasta ahora ministro de Agricultura, Alimentación y Pesca, Nick Brown -a quien la crisis de la fiebre aftosa se le fue de las manos-, que será "degradado" a secretario de Estado de Trabajo.
Se crea un nuevo Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural, cuya responsable será Margaret Beckett, quien hasta ahora se encargaba del grupo parlamentario laborista en la Cámara de los Comunes.
Esta mañana, después de que la reina Isabel II le pidiera que formara nuevamente Gobierno, el Primer Ministro aludió a las prioridades del nuevo Ejecutivo al afirmar que su aplastante victoria representa una orden de los electores "a favor de la reforma y de las inversiones".
El Primer Ministro advirtió que será necesario tomar "decisiones difíciles" para sacar adelante las reformas prometidas en la sanidad, la educación, el transporte, el Estado de Bienestar y la reforma de la justicia penal.
También apuntó que el referéndum sobre el euro será una de sus prioridades.
"Necesitamos emprender cambios de modo que ejerzamos influencia, que tengamos la confianza en nosotros mismos para no darle la espalda al mundo o caer en el aislacionismo", subrayó.
Con todos los resultados escrutados en Inglaterra, Escocia y Gales -Irlanda del Norte tiene sus propios partidos-, los laboristas han obtenido 413 escaños, frente a los 166 de los conservadores y 52 de los liberal-demócratas.
El resultado de los conservadores, que no han logrado reducir la mayoría laborista, ha obligado a dimitir al líder "tory", William Hague, que deja a su partido sumido en profundas divisiones.