IKEDA, Japón.- El incienso impregnaba el aire aquí el sábado, mientras una multitud doliente rezaba frente a una escuela primaria donde se produjo la peor masacre en Japón en muchos años.
Los vecinos de Ikeda, cerca de la gran ciudad de Osaka, trataban de superar el shock luego de que un hombre de 37 años con una historia clínica de alteraciones mentales ingresó en la escuela el viernes, mató a ocho niños con un cuchillo e hirió a otros 15, incluyendo dos maestros. Ikeda está a 400 kilómetros al oeste de Tokio.
La masacre, junto con una serie de ataques brutales recientes, han alterado la sensación de seguridad pública de Japón. Muchos se preguntan si las autoridades escolares y la policía reaccionan con suficiente rapidez contra la violencia.
Por otra parte, el sábado la policía buscaba a un hombre que apuñaló a un niño de sexto grado en un parque y lo dejó gravemente herido en Fukuoka, 900 kilómetros al sur de Tokio.
El viernes, un hombre identificado como Mamoru Takuma presuntamente llevó a cabo la masacre en cuatro aulas de la escuela antes de ser sometido por un maestro y el vicedirector.
Ocho víctimas se encontraban en estado grave. El sospechoso fue detenido en el lugar de los hechos.