ZAMBOANGA, Filipinas.- Un grupo extremista musulmán postergó el lunes la decapitación de un prisionero norteamericano, parte de un grupo secuestrado hace dos semanas, y confirmó que su banda atacó una plantación y capturó más personas.
El grupo Abu Sayyaf había fijado como plazo el mediodía del lunes para cortarle la cabeza al menos a uno de tres prisioneros estadounidenses. Pero minutos antes de cumplirse el plazo, el gobierno filipino aceptó llamar a un negociador malayo que había ayudado a solucionar una crisis similar de rehenes hace un año.
Abu Sabaya, líder del grupo insurgente, llamó luego a una emisora de radio local usando un teléfono vía satélite, y dijo que aguardaba confirmación del gobierno de Malasia de que permitirá al senador Sairin Karno sumarse a las negociaciones.
También confirmó que su grupo atacó el lunes una plantación. El ejército filipino dijo que los rebeldes capturaron a 15 personas, entre ellas al jefe de seguridad de la plantación, y a dos niños de 12 años de edad.
Los militares filipinos se han opuesto al pago de rescate en canje por los rehenes. Señalaron que el dinero que recibieron los rebeldes por una negociación similar hace un año, les permitió adquirir armas y lanchas rápidas que usaron el 27 de mayo en el secuestro de turistas, entre ellos tres norteamericanos, de un sitio vacacional en el Mar Sulu.