LYON, Francia.- El consumo excesivo de carnes procesadas o embutidas, como el salame, el tocino, el jamón y las salchichas, puede incrementar hasta en 50% el riesgo de cáncer intestinal, alertó un nuevo estudio en sus resultados preliminares.
Sin embargo, en lo que respecta a la carne roja fresca de res, cordero, cerdo o ternera, no parece haber vínculo alguno con la enfermedad.
Algunos estudios previos habían relacionado la alta ingestión de carne con el cáncer de colon y recto, pero casi todos contemplaban juntas a la carne fresca y a los alimentos procesados.
Los últimos hallazgos proceden de un estudio actual, que según los expertos, representa la investigación más confiable hasta la fecha sobre la influencia de la dieta en el cáncer. Abarcó a cerca de medio millón de personas, desde Grecia hasta Noruega.
No obstante, ello no significa que la carne roja esté libre de sospecha, según el doctor Arthur Schatzkin, jefe de epidemiología nutricional en el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
"Estos resultados son muy preliminares", dijo Schatzkin, quien no estuvo involucrado en el estudio.
El estudio, presentado el viernes en la ciudad de Lyon, durante la Conferencia Europea sobre Nutrición y Cáncer, es coordinado por la Agencia para la Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud.
Los expertos informaron que los hallazgos muestran que el asunto es más complejo de lo que se pensaba originalmente, y que no es tan simple como determinar si el consumo de carne favorece o no el desarrollo
del cáncer.
Los científicos están aprendiendo que algunos factores, como los métodos para cocinar la carne y la duración de éstos, así como los cortes consumidos deben ser también considerados.
Algunas investigaciones han sugerido que la carne frita o a las brasas puede contar con químicos que contribuyen al cáncer, mientras que una crujiente chuleta de cordero o un bistec bien cocido pueden contener compuestos indeseables.
"Esto nos lleva en la dirección que queremos ir. La única conclusión firme es que la ingestión de carne fresca y procesada juntas resulta inapropiada", dijo Martin Wiseman, profesor del Instituto de la Nutrición Humana en Southampton, Inglaterra, involucrado en la investigación.
"Pero ahora, ¿qué hay de las hamburguesas? ¿Son de carne fresca o procesada? ¿Y las albóndigas? ¿Dónde quedan? Estamos apenas comenzando a desatar todo esto", dijo Wiseman.