KIEV.- El papa Juan Pablo II pidió perdón este sábado a los ortodoxos "por los errores cometidos contra ellos en un pasado remoto y reciente", a su llegada a Kiev para una visita de cinco días a Ucrania.
Además, garantizó que, por su parte, los católicos "perdonan los daños sufridos".
"Mi deseo más intenso, que viene del corazón, es que los errores del pasado no se repitan en el futuro", agregó Su Santidad, antes de mencionar "la evidente vocación europea" de Ucrania.
Presentándose como un "peregrino de paz y fraternidad", el papa manifestó que tenía la esperanza de "ser acogido con amistad también por aquellos que, sin pertenecer a la iglesia católica, tienen el corazón abierto al diálogo y la cooperación".
"No vine aquí con intenciones de (hacer) proselitismo, sino para testimoniar sobre el Cristo, junto con todos los cristianos de todas las iglesias y comunidades eclesiásticas", agregó el Sumo Pontífice en su discurso pronunciado en el aeropuerto de la capital ucraniana.
El patriarcado ortodoxo de Moscú, cuya autoridad espiritual reconoce una importante mayoría de ortodoxos ucranianos, se opuso al viaje del papa, acusando a la iglesia católica de "proselitismo" y "expansionismo" en "territorios ortodoxos".
La iglesia greco-católica ucraniana recuperó a comienzos de los años 90 unas 2.500 Parroquias que se habían convertido en ortodoxas en 1946, cuando fue prohibida por Stalin.
"[Te saludo, oh Ucrania, testigo valeroso y tenaz de adhesión a los valores de la fe!", declaró el papa, tras subrayar que había "durante mucho tiempo esperado esta visita y rezado para que tuviera lugar".
Agradeció al presidente ucraniano, Leonid Kutchma, su invitación y felicitó a Ucrania por "su independencia reconquistada, agradeciendo a Dios por haber permitido lograrla sin derramamiento de sangre".
"Que la nación ucraniana pueda avanzar en el camino de la paz, gracias a la concordia de los diferentes grupos étnicos, culturales y religiosos. Sin paz, una prosperidad compartida y duradera es imposible", agregó Juan Pablo II.
Mencionando las "muy duras pruebas" vividas por Ucrania, las dos guerras mundiales y la catástrofe de la central nuclear de Chernobil, así como "los cambios históricos de las dos últimas décadas", insistió en "la evidente vocación europea" de Ucrania, "subrayada por las raíces cristianas de su cultura".
"Espero que estas raíces podrán reforzar vuestra unidad nacional, dando a las reformas que estáis realizando la orientación vital de valores auténticos y compartidos", añadió.