LA MACARENA, Colombia.- La guerrilla de las FARC iniciaron hoy en un campamento de la zona neutral del sudeste de Colombia la ceremonia de liberación de 242 policías y soldados, algunos en su poder desde hace más de tres años.
Los actos se celebran en el campamento El Borugo, cerca de La Macarena, uno de los cinco pueblos de la zona neutral, encabezados por el alto comisionado para la Paz, Camilo Gómez y la jefatura de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), incluido su líder, Pedro Antonio Marín, Alias "Manuel Marulanda" o "Tirofijo".
En la ceremonia, que comenzó a las 09.45 horas locales (14.45 GMT), participan, asimismo, delegados de una veintena de países, del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y decenas de periodistas nacionales y extranjeros.
Tras la entrega oficial, los 242 uniformados serán trasladados, por vía aérea, a la Base Militar de Toelamida, a unos 100 kilómetros al sur de Bogotá.
Soldados colombianos recobrarán libertad
En una hoguera gigante, soldados y policías quemaron camisetas, cuadernos y malos recuerdos acumulados tras un largo cautiverio en las selvas tropicales del sur de Colombia que terminó este jueves.
Algunos de ellos estuvieron más de 1.000 días en poder de la guerrilla.
"Quiero empezar como nuevo, no quiero llevarme nada de aquí", dijo Iván Andrés Medina, de 24 años, policía antinarcóticos cautivo desde el 3 de agosto de 1998 por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Otros sin embargo dicen que se llevan collares que aprendieron a tejer en estos años, un loro que los acompañó y las vivencias de encierro y desesperanza que esperan reemplazar por el amor de sus familias y un futuro en libertad.
Este jueves, 242 uniformados serán entregados al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en un acto militar en una explanada recién hecha en este poblado de 3.000 habitantes, desbordado de visitantes para el evento, invitados con gastos pagados por la guerrilla.
De allí y acompañados por el Alto Comisionado para la Paz, Camilo Gómez, serán trasladados al aeropuerto donde regresarán en seis vuelos a la base militar en Tolemaida, cerca de Bogotá, donde los están esperando sus familias.
"En el primer avión partirán los enfermos que van a necesitar atención medica en el vuelo", explicó Georges Comninos, director del CICR en Colombia.
Los médicos de la Cruz Roja revisaron el miércoles a los soldados y policías, la mayoría menores de 30 años y los encontraron aptos para viajar, a pesar de las secuelas del estrés emocional, las enfermedades tropicales y la deficiente alimentación de tantos meses como prisioneros.
"Ha sido muy duro", repitieron varios a pocas horas de salir.
Este día inolvidable para los uniformados también será festivo para este poblado de los llanos del sur del país en la zona desmilitarizada que el gobierno le concedió a la guerrilla para realizar las negociaciones.
En la Macarena, que cuenta con solo cinco calles y cinco carreteras sin pavimentar, se congregaron a pesar de la lluvia unas 20.000 personas, casi todas transportadas por la guerrilla, en un ambiente festivo.
"Es bueno que salgan en libertad y ojalá haya paz porque en la guerra los campesinos somos los que sufrimos", manifestó Antonio Mejía, de 73 años y quien hizo un viaje por tierra y río de más de 10 horas desde la vereda de La Julia para estar presente.
Las FARC liberaron unilateralmente a estos soldados luego de que se cumpliera el primer acuerdo de intercambio de enfermos entre el grupo insurgente y el gobierno del presidente Andrés Pastrana, que desarrollan diálogos de paz desde enero de 1999.
"Este es un acto que demuestra nuestra voluntad de paz", dijo a la AP, Jorge Briceño, alias el Mono Jojoy, jefe militar del grupo insurgente.
No obstante, los policías y soldados consideran que el proceso solo estará completo cuando las FARC dejen en libertad a los suboficiales y oficiales que se quedaron atrás.
"La paz completa para nosotros solo llegará cuando todos nuestros amigos disfruten de la libertad", afirmó el policía Medina.