CAMP DAVID.- El Presidente de los EE.UU., George W. Bush, dio hoy su apoyo al programa de reformas económicas que emprenderá el Primer Ministro japonés, Junichiro Koizumi, en un encuentro en el que ambos líderes anunciaron el inicio de una nueva etapa de cooperación económica.
En una distendida reunión, que tuvo lugar en el retiro de Camp David, Bush destacó la "valentía" de su interlocutor para hacer frente a las "profundas y significativas" reformas que Japón precisa.
Por su parte, Koizumi, que calificó el encuentro de "relación de confianza" y de conversación "de corazón a corazón", alabó el liderazgo de Bush y su política de reducción de impuestos para impulsar la economía.
El encuentro entre Bush y Koizumi, que incluía temas espinosos, como el rechazo de la Administración norteamericana al Protocolo de Kioto, concluyó con ambos políticos vestidos con ropa informal y jugando al béisbol.
Primero a solas y después en un encuentro con los ayudantes de ambos líderes, la reunión de Bush y Koizumi sirvió para ahondar en los asuntos relacionados con la economía, el medioambiente y la defensa.
"El primer ministro reconoce que son necesarias reformas significativas y profundas y es capaz de adoptar decisiones difíciles, que es lo que caracteriza a un líder", manifestó Bush sobre el primer ministro japonés.
Koizumi, que realiza su primera visita a los Estados Unidos, había llegado al retiro de Camp David por la mañana, en un helicóptero, en el que sufrió un pequeño incidente cuando se golpeó la cabeza al tratar de abandonar el aparato.
Antes de iniciar la reunión, ambos líderes hicieron público un comunicado conjunto en el que anunciaban su voluntad de poner en marcha una nueva etapa de cooperación económica.
Para ello, se acometerán reformas estructurales y reguladoras de la política macroeconómica, reestructuraciones financieras y corporativas e inversiones directas.
Todo con el objetivo de promover el desarrollo económico sostenido en ambos países y también en el resto del mundo.
Bush y Koizumi han estado de acuerdo también en trabajar de modo conjunto en algunos aspectos que hasta ahora habían provocado fricciones en las relaciones bilaterales, como son los asuntos medioambientales o la iniciativa del escudo antimisiles norteamericano.
Mientras que Koizumi ha suavizado las críticas contra los EE.UU. por el abandono del tratado de Kioto, que pretende la limitación de la emisión de gases contaminantes y el efecto invernadero, Bush ha reconocido el papel de liderazgo que le cabe a Japón en este ámbito.
"El presidente (Bush) da la bienvenida a la oferta del primer ministro para iniciar las consultas de alto nivel entre ambos Gobiernos con el fin de explorar las áreas en común y la posibilidad de acciones conjuntas sobre el cambio climático", señala la declaración.
Koizumi, tras declarar que intentará de modo "vigoroso y exhaustivo" nuevas reformas económicas en Japón, que permitan al país (la segunda economía del mundo) recuperar tasas idóneas de crecimiento, alabó la política de Bush de reducir los impuestos, como factor de estímulo del crecimiento económico.
En el encuentro se ha abordado también la situación de la isla japonesa de Okinawa, en la que los EE.UU. tienen una base militar.
La violación de una joven cerca de esta base el pasado viernes ha añadido un elemento de tensión en las relaciones entre Japón y los EE.UU., ya que pueden estar implicados varios militares estadounidenses.
Junichiro Koizumi había declarado con anterioridad al encuentro con Bush que era el momento de instaurar mecanismos "para prevenir fricciones innecesarias o sentimientos de rechazo entre la población japonesa y las fuerzas de EE.UU., y una estricta vigilancia para prevenir los delitos".
El primer ministro japonés también visitó este sábado a diferentes autoridades militares en el Pentágono.