FILADELFIA.- George W. Bush celebró este miércoles por primera vez como Presidente de la Nación el Día de la Independencia de Estados Unidos (4 de julio), asistiendo a una verbena y visitando lugares históricos en Filadelfia, capital del estado de Pensilvania y cuna de la democracia del país.
Antes de la verbena, Bush y su esposa Laura visitaron el "Salón de la Independencia", en el parque nacional del mismo nombre y donde en 1776 se firmó la Declaración de Independencia de Gran Bretaña y se aprobó la Constitución, en 1787.
Luego el Primer Mandatario visitó la Iglesia Bautista del Gran Exodo, en el norte de Filadelfia, y ayudó a pintar un mural durante la verbena, además de participar brevemente en un partido de fútbol americano. "Quiero que todo el mundo tenga un feliz 4 de julio", dijo Bush a una entusiasta multitud después de jugar en un partido de basquetbol durante el encuentro al aire libre. "Gracias por tan calurosa hospitalidad", sentenció.
Bush esperaba atraer allí la atención hacia una organización afiliada con la iglesia "People for People" (Gente para la Gente), que ofrece programas sociales, grupos de respaldo a personas que sufren de drogadicción o alcoholismo y programas extraescolares para adolescentes.
El Mandatario concluirá el feriado, que marca el 225° aniversario de la firma de la Declaración de Independencia, observando en compañía de sus asesores una explosión de fuegos pirotécnicos desde el Jardín Sur de la Casa Blanca. Su esperanza era aprovechar el día en el que los estadounidenses disfrutaron de parrilladas al aire libre y de fuegos pirotécnicos, para impulsar su iniciativa de aportar fondos federales a las iglesias y organizaciones caritativas que administran programas de asistencia a la comunidad.
"El mensaje del Presidente con motivo del 4 de julio rendirá tributo a las libertades que se plasman en nuestra Declaración de Independencia, en particular a la igualdad y libertad de culto, y destacará las buenas obras efectuadas por aquellos que aprovechan su libertad de culto para asistir a sus prójimos, hombres y mujeres, necesitados", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
El plan del gobernante republicano no ha logrado muchos avances en el Congreso y ha sido criticado tanto por organizaciones religiosas, que temen pueda restringir sus actividades, como por defensores de las libertades ciudadanas, quienes creen que puede vulnerar la separación constitucional entre la iglesia y el estado.
El Presidente recibió un respaldo parcial a su iniciativa por parte de su correligionario republicano, el senador de Pennsilvania Rick Santorum, quien le dio la bienvenida por su visita a Filadelfia, la capital de Estados Unidos de 1790 a 1800, y su énfasis en los temas religiosos. "Es apropiado que el Presidente Bush haya escogido... la ciudad cuna de la independencia para destacar las soluciones de base religiosa y comunitaria para los estadounidenses aún atrampados en la pobreza y el deterioro urbano", dijo Santorum en un comunicado.