TOKIO.- Un día antes de la llegada de enviados de la Unión Europea para presionar a Tokio a ratificar el pacto contra el calentamiento global hasta sin la participación de Estados Unidos, el Primer Ministro de Japón subrayó el domingo que la decisión no debe ser precipitada.
En acalorados programas de micrófono abierto en la televisión, el reformista Junichiro Koizumi fue duramente criticado por la oposición, que fustigó su moderada reacción al anuncio de Estados Unidos de retirarse del pacto de Kioto.
"Todo el mundo cree que (...) la reunión (de Bonn) marca el plazo definitivo, pero si uno oye lo que en verdad piensa cada país, hay un poco más de tiempo", dijo Koizumi a Fuji Televisión. La reunión de Bonn comienza el 16 de julio.
La postura de Japón es vital para rescatar el tratado que busca recortar la emisión de gases de invernadero, ahora que Estados Unidos (el mayor emisor de dióxido de carbono en el mundo) ha asegurado que el pacto adolece de "defectos fatales" y lo ha abandonado, a raíz de preocupaciones económicas.
Con Japón atrampado entre las posiciones de Bruselas y Washington, pero con su principal prioridad la de mantener buenos nexos con Estados Unidos, pocos esperan que Tokio respalde ahora el acuerdo.
Koizumi, quien se reunirá el lunes con la comisaria de Medio Ambiente de la UE, Margot Wallstrom, y el ministro belga de Energía, Olivier Deleuze, dijo poco para disipar la inquietud de que ha tomado un compás de espera y que podría estar anuente a aceptar un tratado menos severo.
Los enviados de la UE recibieron el fin de semana una tibia respuesta en Australia y harán en Tokio una apasionada defensa de la ratificación del pacto acordado en 1997 en Kioto.
"Los partidos japoneses de oposición y la UE quieren seguir adelante con sólo Japón y la UE, sin Estados Unidos", dijo Koizumi.
"Pero sin Estados Unidos, el principal emisor de gases de invernadero, ¿podríamos lograr realmente los verdaderos objetivos del protocolo de Kioto? De ser posible, nos interesa que Estados Unidos participe", añadió.
Estados Unidos es signatario del protocolo de Kioto, pero el Presidente George W. Bush decidió abandonarlo, alegando que dañaría a la economía estadounidense y que es defectuoso porque no incluye a los países en desarrollo.
Bajo el acuerdo, los países industrializados recortarían para el 2012 las emisiones de dióxido de carbono en un promedio de 5,2 por ciento con relación a los niveles de 1990.